Itongadol/AJN.- En los años 60, el Sussita fue el primer intento de Israel de crear un auto israelí. El vehículo, fabricado con una carrocería de fibra de vidrio, parecía una camioneta encogida y se rumoreaba que era la comida preferida de los camellos. El fabricante del vehículo, Autocars, tuvo una tirada muy limitada y cerró sus puertas en 1981.
A pesar del breve momento de Israel en la fabricación de automóviles, el país no es conocido por su cultura automovilística. Y sin embargo, desde la adquisición de Mobileye por parte de Intel en 2017 por 15.300 millones de dólares, el Estado judío está calificado como líder mundial en el mercado de los vehículos autónomos, según numerosos empresarios, inversores y expertos del sector. Esto se debe a que la digitalización de la movilidad exigió nuevas capacidades para los vehículos e Israel fue capaz de proporcionar la tecnología necesaria: sensores, LiDAR, soluciones de autoconducción e incluso, tecnología de refrigeración para satisfacer la demanda. Así, los fabricantes de automóviles de primer nivel se instalaron en Israel: VW, Daimler, Ford, Renault-Nissan, entre otros.
Algo similar puede y debe ocurrir en la industria farmacéutica, según el director de tecnología de AION Labs, Yair Benita.
Fue un gran desafío traer a las grandes empresas farmacéuticas a Israel porque el país «no tiene necesariamente la fuerza en la industria farmacéutica», dijo Benita, pero ahora que el «proceso de descubrimiento de medicamentos se está digitalizando más» y la tecnología es necesaria para aprovechar la afluencia de datos de los pacientes, «el gobierno identificó una oportunidad para traer a las farmacéuticas a Israel», expresó Benita, quien agregó que «es muy similar a lo que ocurrió en la industria de los autos».
La inteligencia artificial (IA) y las herramientas de aprendizaje automático, en particular, son tecnologías que tienen la clave para provocar un cambio de paradigma en la forma en que la industria farmacéutica descubre y desarrolla medicamentos, según Benita y otros expertos de la industria farmacéutica, que hablarán sobre el impacto positivo de la tecnología en la farmacia, así como sobre los retos a los que se enfrentan estas empresas cuando tratan con los pesos pesados de la industria farmacéutica en el segundo día de la conferencia Biomed Israel 2022. La conferencia, que pone de relieve la industria de las ciencias de la vida y la tecnología, celebra este año su 20º aniversario. El evento de tres días, presidido por Ruti Alon, Ora Dar y Nissim Darvish, se celebrará del 10 al 12 de mayo en Tel Aviv.
Benita presidirá el panel titulado «La IA y el aprendizaje automático: la transformación de los tratamientos, el descubrimiento de fármacos y el desarrollo». Entre los demás ponentes figuran representantes de las empresas israelíes de tecnología sanitaria Immunai, Quris AI, CytoReason, UKKO y Biolojic Design, así como expertos mundiales como Eran Harary, jefe mundial de I+D de especialidades en Teva Pharmaceuticals, Jason Johnson, director de datos y análisis, SVP, en el Dana Farber Cancer Institute, y muchos más.
Cuando la tecnología entra en el espacio farmacéutico.
En la conferencia, Benita y otros ponentes debatirán algunos de los retos y obstáculos que surgen cuando la tecnología entra en el espacio farmacéutico.
El primer reto es identificar el problema que se va a resolver. El problema está en el espacio farmacéutico, asegura Benita. «Para muchas empresas tecnológicas, elegir el problema adecuado [para resolverlo en el sector farmacéutico] es un gran desafío, porque en ocasiones no pueden entender intuitivamente cuáles son los grandes problemas de las farmacéuticas sin hablar con ellas. Así que esto es algo que estamos tratando de resolver», explicó Benita.
El segundo reto es el acceso a los datos. Hay una gran cantidad de datos privados, dijo Benita, y las farmacéuticas están dispuestas a proporcionar acceso a ellos bajo ciertas condiciones. «Pero no es fácil», añadió, y señaló que además existe el reto de validar la tecnología.
«¿Cómo se valida un algoritmo? La validación se produce en el espacio biológico o en el espacio químico, y eso es muy difícil para cualquier empresa tecnológica. Lo que sucedió en los últimos años es que se están generando cantidades masivas de datos en todo el proceso de descubrimiento de fármacos, gracias a la tecnología de IA y aprendizaje automático», detalló Benita.