Itongadol.- En el corazón del desierto de Aravá, Israel, funciona AICAT, un centro internacional de capacitación agrícola que combina tecnología avanzada y conocimiento práctico para formar a jóvenes de todo el mundo en la agricultura sostenible en climas áridos.
El desierto de Aravá, al sur de Israel, es uno de los entornos más inhóspitos del planeta. Sin embargo, en este paisaje de altas temperaturas y escasez de agua, se encuentra el Arava International Center for Agricultural Training (AICAT), una institución que ha logrado convertir el desafío climático en una oportunidad de innovación.
Fundado con el objetivo de compartir las avanzadas técnicas agrícolas desarrolladas en Israel, AICAT ofrece programas de formación para estudiantes provenientes de países en desarrollo, con una meta clara: brindar herramientas prácticas y conocimientos tecnológicos para que puedan enfrentar los desafíos agrícolas de sus propias regiones.
El modelo de enseñanza del centro es único. Combina teoría académica con experiencia práctica en campos agrícolas locales. Los estudiantes aprenden sobre sistemas de irrigación por goteo, técnicas de cultivo en climas extremos, manejo eficiente del agua y agricultura de precisión. Estos métodos han permitido transformar vastas zonas áridas en terrenos productivos, exportando esta experiencia a otras partes del mundo.
Actualmente, AICAT atrae a jóvenes de África, Asia y América Latina, generando un impacto global en la formación de líderes agrícolas. “Aquí aprendemos no solo sobre técnicas avanzadas, sino también sobre la importancia de la sostenibilidad y la innovación en un planeta que enfrenta el cambio climático”, destaca un estudiante del programa.
Con su compromiso con el desarrollo sostenible y la cooperación internacional, AICAT es mucho más que un centro de aprendizaje. Es un puente entre países y culturas, y un recordatorio de que incluso los ambientes más extremos pueden florecer con la tecnología adecuada y una visión innovadora.