Itongadol.- El pasado 23 de junio se desató un impresionante incendio en el séptimo piso de un edificio ubicado en la calle Ecuador al 1.000, a metros de avenida Córdoba, en el barrio porteño de Recoleta. En el departamento vivía la familia Jabbaz, de la que fallecieron cinco miembros: la madre y cuatro de sus hijos. Uno de los sobrevivientes, el padre de la familia, Isaac Jabbaz, se encuentra internado, está consciente, evoluciona favorablemente y en la tarde de ayer le explicaron lo ocurrido durante la tragedia.
En el siniestro murieron Sofía Jabbaz-Kibudi (esposa de Isaac), de 50 años, y cuatro de sus hijos: Camila, de 17 años, Esther Shira, de 9 años, Miriam, de 8 años y Rafi Orly Jabbaz, de 3 años. Todos ellos fueron inhumados Cementerio Judío Sefaradí Bene Emeth de Banfield.
El edificio del incendio se encuentra cercano al tradicional barrio judío de Once, donde vive la mayor cantidad de familias judías ortodoxas de la Argentina, a pocos metros de la yeshivá (escuela de estudios religiosos) Jafez Jaim del rabino Samuel Levin. Los hijos de la familia que sobrevivieron comenzaron hoy su vida normal y retomaron sus estudios en la Yeshiva.

El presidente de Vaad HaKehilot, Eliahu Hamra, junto al rabino Samuel Levin en el sanatorio que se encuentra Isaac Jabbaz
El padre de la familia, Isaac Jabbaz, ya presenta una gran mejoría y espera su alta médica el jueves, aseguró en diálogo con la Agencia de Noticias AJN, el presidente de Vaad HaKehilot, Eliahu Hamra, quien a su vez junto con el rabino Samuel Levin realizaron una visita al sanatorio donde se encuentra para darle su apoyo por la tragedia. La AMIA también se encuentra acompañando a la familia y brindandole toda la ayuda posible
Dos hijos mayores de la familia declararon ante la Justicia y señalaron que habían dejado enchufado un monopatín eléctrico, el elemento que la investigación sospecha que fue el causante del episodio.

En la Yeshiva Jafetz Jaim, se realizó un multitudinario homenaje a la familia Jabbaz, tras el trágico incendio
Los vecinos del edificio siguen sin saber cuándo podrán volver a vivir en sus hogares. La tragedia obligó a cortar el gas y la electricidad, que siguen interrumpidos. Y aunque algunos vecinos fueron alojados por familiares y otros se hospedan en hoteles, otros piden ayuda a la comunidad judía, a la que pertenecen buena parte de los habitantes del inmueble.
En el edificio comenzaron a trabajar, en el cambio de todo el sistema eléctrico para que la gente pueda volver lo antes posible.
Diariamente, se realiza un minian por la mañana acompañanando a sus siete hijos. Además, una de las hijas es visitada por sus compañeros de colegio.