Itongadol.- El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, recibió en los últimos días un aluvión de críticas luego de que un informe del canal 10 de la televisión israelí haya revelado que en el último vuelo oficial realizado a Inglaterra, con motivo del entierro de Margaret Tatcher, Natanyahu haya pagado con fondos nacionales medio millón de Shekalim para una cama matrimonial en el avión. La noticia causó gran controversia en la sociedad israelí- la cual desde el ascenso de Yair Lapid a la cartera de Finanzas- se ve víctima de una seguidilla de recortes en el presupuesto nacional.
Si bien el primer ministro se apresuró en aclarar que él no estaba al tanto del costo de la cama matrimonial, dio además instrucciones precisas de detener el exceso de gastos en los viajes a Europa.
En contraposición con el polémico informe presentado por la televisión israelí, hoy se publicó una imagen de archivo en la que aparece el primer ministro Menajem Begin durmiendo una siesta sobre los asientos comunes del avión en un vuelo a los Estados Unidos.
Ella foto fue publicada en la red social Facebook por David Rubinger. “Al parecer Begin fue un estúpido. No sabía que que se merece un verdadero primer ministro. 12 horas de vuelo a los Estados Unidos sin cama matrimonial”, escribió Rubinger en la foto publicada en la red social.
En declaraciones a la prensa israelí, el fotógrafo dijo: “Perdimos el bien más preciado que alguna vez supimos tener- el ejemplo personal”.
“Ninguno de nuestros líderes tiene esa sensación. Begin respetó la institucionalidad democrática y vivió modestamente. En esa época se avergonzaban del hedonismo, hoy ya no”, consignó en su portal de noticias el noticiero de canal 2 israelí.
La modestia de Begin fue una de las cualidades que lo caracterizaron a él y los funcionarios que trabajaban con él. Begin, fue el sexto primer ministro del Estado de Israel y cumplió mandato entre 1976 y 1983. Begin además recibió el Premio Nobel de la Paz.
La imagen se hizo famosa en medio de la polémica y las críticas proferidas contra el primer ministro israelí y su esposa Sara, quienes solicitaron- como lo suelen hacer a menudo- una cama matrimonial en las visitas de Estado que suelen realizar. El lujo y comodidad del primer ministro le costó al Estado de Israel millones de dólares.