Los guías turísticos jordanos deberán aconsejarles a los israelíes que no usen kipá (solideo) o ropa que los identifique como judíos y que no hagan ritos religiosos en público mientras estén en el país, según una carta que les enviara el Ministerio de Turismo y Antigüedades local tras recibir quejas por su comportamiento en sitios arqueológicos y otros lugares.
Más del 70 por ciento de los guías son palestinos y se niegan a prestarles servicio a los turistas israelíes.
“Durante años hubo israelíes que iban a diferentes lugares sagrados, se ponían los tefilín (filacterias) y empezaban a rezar; podía resultarle chocante a alguien que nunca antes había visto a un judío o ese ritual y la gente podía reaccionar mal”, como de hecho ocurrió varias veces, justificó el vocero de la Cancillería israelí, Yigal Palmor.
Los jordanos “quieren que los israelíes sigan llegando al país y disfrutando sin correr riesgos”, agregó el funcionario, que contó que, con el tiempo, las autoridades de Amman decidieron pedirles a los turistas israelíes que dejen sus tefilín del otro lado de la frontera, lo cual no le parece una discriminación contra los judíos o una violación de la libertad de culto.
“Los jordanos son estupendos anfitriones y la protección de sus huéspedes forma parte de su cultura beduina”, pero “la seguridad jordana no puede estar todo el tiempo en todos los lugares para proteger a la gente”, coincidió Yossi Fischer, vicepresidente de la Unidad de Turismo Receptivo de la Asociación de Agentes de Viajes.
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