El presidente de la Unión Mundial Macabi, Guiora Esrubilsky, le envió hoy, martes, una carta a su par del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, en la cual lo insta, “en nombre del Ejecutivo” de la entidad, a “realizar una expresión tangible y pública de conmemoración oficial en los Juegos Olímpicos de Londres 2012” de los once atletas y oficiales israelíes (foto) asesinados en esa misma cita, pero en Múnich ’72.
“Proponemos que debería efectuarse un minuto de silencio por parte de los atletas, los oficiales y el público que esté en el estadio como parte de la Ceremonia de Apertura, pero antes de las celebraciones” porque “la sencilla dignidad humana de este acto de silencio en un gran escenario, televisado a una audiencia global, constituirá, por un lado, una declaración poderosamente elocuente de la pureza y los valores positivos del deporte y, por el otro, el absoluto aborrecimiento y rechazo a la violencia, el racismo y la interferencia política en el deporte”, escribió el dirigente israelí de origen argentino.
Esrubilsky le subrayó al conde Rogge que “como usted y sus colegas del COI son indudablemente conscientes, el peligro de una renovada violencia contra el ideal olímpico no se ha desvanecido en los cuarenta años que han transcurrido desde terrible atrocidad de Munich”.
“No necesito recordarle la conjunción asesina de los atentados en London Transport el 7/7/2005, perpetrados menos de 24 horas después de su anuncio de que los Juegos de 2012 se celebrarían en la ciudad”, insistió.
“Por lo tanto, mis colegas y yo les recomendamos a usted y a sus estimados colegas tal conmemoración, aunque sea breve, para constituir un homenaje apropiado a los 5 atletas, 6 entrenadores y el policía cuyas vidas fueron tan brutalmente terminadas en septiembre de 1972 y para recordar al mundo que los atletas que lleguen en paz a los Juegos Olímpicos de Londres deberían regresar en paz” a sus hogares”, argumentó el titular de la Unión Mundial Macabi.
La misiva, titulada “Conmemorar a las víctimas de la masacre de Múnich en Londres 2012” y remitida a la sede del COI, en Lausanne (Suiza), comienza con la misma evocación con que termina: el tradicional saludo judío de “Shalom” (paz).
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