El juez federal Daniel Rafecas afirmó que en la Argentina “falta mucha formación e insistencia” en los temas vinculados con el Holocausto aunque consideró que hay niveles “aceptables” de conocimiento si se comparan con España u otros países de América Latina. En una entrevista exclusiva concedida a la Agencia Judía de Noticias, Rafecas se refirió al tratamiento de la Shoá, a la necesidad de su enseñanza en las escuelas y a como se inició su vínculo con la temática del Holocausto. Además, el juez se mostró “defraudado” porque el club Chacarita no recibió sanciones por los cantitos antisemitas en el partido contra Atlanta, sino por los incidentes que se produjeron al finalizar el encuentro correspondiente al torneo de la Primera B Nacional, de la segunda división del fútbol argentino. Rafecas fue distinguido ayer por la DAIA por su compromiso para mantener viva la Memoria de la Shoá
-Permanente se habla del sentido ético de la enseñanza de la Shoá. ¿Usted ve que existe en la sociedad argentina, o en los medios especialmente, cuando tratan este tema, ese sentido ético?
-La regla es que, en general, el tema es tratado con bastante cuidado, no digo que no haya algún episodio en donde se revele cierto desconocimiento o cierto prejuicio. Pero el seguimiento atento que yo hago también, sobre todo en los medios masivos de comunicación que están a mi alcance, y comparado, por ejemplo, con España y otros países de Latinoamérica, creo que tenemos niveles comparativamente aceptables de conocimiento y de respeto por lo que fue el Holocausto. Por supuesto que falta mucha formación, falta mucha insistencia en este tema, no se trata con la seriedad y profundidad que uno quisiera; pero los medios son así, hay que reconocer que en materia de medios masivos de comunicación todos los días y todas las horas hay permanentemente un bombardeo de noticias de todo el mundo que conspira –digamos– con el tratamiento de temas en profundidad.
-Usted habla siempre sobre la necesidad de formación sobre el Holocausto en escuelas secundarias y en universidades, pero nunca se menciona a las escuelas de formación de periodistas.
-Es cierto, es más, es algo de lo que estoy más convencido en los últimos años, a partir de estudios que se han hecho recientemente en Europa, Estados Unidos y entre nosotros también. Los medios masivos de comunicación tienen cada vez una influencia más importante en la conformación de la opinión pública y el perfil de los ciudadanos, más democráticos o más autoritarios, más tolerantes o más fascistas. Por lo tanto, es cierto que hay que empezar a enfocarse especialmente, y yo le diría casi al mismo nivel de la educación formal, en la formación y capacitación de los que ejercen el periodismo, sea cual sea el ámbito: televisión, gráfica, Internet, radio y otros.
-En el partido entre Chacarita y Atlanta hubo un hecho antisemita, pero el club fue sancionado no por estos cantitos sino por los disturbios que hubo después.
-Recuerdo el incidente y me sentí defraudado también como ciudadano. Bueno tiene que ver, por ahí, con las debilidades todavía de nuestras instituciones en ciertos valores fundamentales. Esto es algo que atraviesa tanto a la sociedad civil como el poder político en general, más allá de quien es el oficialismo y quien es la oposición.
-Al dictar clase, no en las cátedras o seminarios específicos, en Derecho Penal, ¿qué observa en los alumnos cuando usted trata el tema de la Shoá?
-Es indescriptible el grado de sensibilización, de movilización, de interés que despierta en los alumnos de Derecho el tema, cuando yo los llevo a una clase especial en el Museo del Holocausto. Al final del curso, muchos de ellos me destacan o subrayan lo importante que ha sido para su formación el haber entrado en contacto con esa temática; y de hecho muchos de ellos luego son los que se anotan en los cursos específicos de Holocausto. Las nuevas generaciones tienen una sensibilización muy especial con todos los ejes temáticos relacionados con la Shoá, y esa es una vertiente que tenemos que profundizar.
-Usted se recibió de abogado en la época en que comienzan los juicios a la Junta Militar por los crímenes cometidos en la última dictadura, tuvo eso algo que ver en su búsqueda de los antecedentes de la Shoá.
-No, porque desde mi etapa de colegio secundario y de estudiante universitario ya tenía estas inquietudes. Me acuerdo que cuando hice el servicio militar obligatorio yo tenía mis convicciones con respecto al terrorismo de Estado y todas estas cuestiones y se generaba una tensión con los oficiales y suboficiales, siempre con respeto. Recuerdo muy bien esa época y todas esas preocupaciones que siempre me acompañaron están en cierta manera cristalizadas finalmente en esta obra que se acaba de publicar que se llama “Historia de la Solución Final”.
EACH