(Reuters) – Ariel Sharon, asumiendo su mayor riesgo político desde que se convirtió en primer ministro de Israel, presentó el domingo su plan de retirada de Gaza ante un gabinete dividido, pero evitó un enfrentamiento que podría hacer añicos su gobierno.
Después de una sesión de gabinete de siete horas en la que amenazó con destituir a los ministros rebeldes opuestos al plan apoyado por Washington, aunque rechazado por su propio partido Likud, Sharon aplazó el encuentro hasta la próxima semana, absteniéndose de tomar ninguna decisión o votación.
El ministro de Justicia, Yosef Lapid, del partido centrista Shinui, presentó una propuesta de compromiso dirigida a resolver las diferencias entre Sharon y su principal rival político, el ministro de Finanzas Benjamín Netanyahu, que se opone al plan.
Sharon tenía la intención de pedir al gabinete que aprobara la evacuación de los 21 asentamientos judíos en la Franja de Gaza y cuatro de los 120 de Cisjordania, pero medios israelíes dijeron que carecía de una mayoría.
Lapid dijo a Radio Israel que bajo su fórmula de compromiso, el gabinete votaría por la eliminación – en principio – de sólo tres asentamientos de Gaza.
Netanyahu parecía abierto al compromiso propuesto por Lapid, pero la posición de Sharon no estuvo inmediatamente clara, agregó Lapid.
Sharon dice que ya no hay valor estratégico o económico en preservar los diminutos enclaves de Gaza en los que 7.500 colonos están rodeados por 1,3 millones de palestinos y son propensos a constantes ataques extremistas.
El plan de Sharon es respaldado por muchos israelíes según sondeos de opinión y por Estados Unidos, pero fue rechazado en un referéndum de los miembros del Likud celebrado el 2 de mayo.