Como en los últimos 24 años, Jabad Lubavitch Argentina enciende una Januquiá (candelabro de Janucá) gigante en la plaza República Oriental del Uruguay, a metros de la intersección de la avenida Del Libertador y Austria, durante los ocho días de la festividad, y en una de esas jornadas organiza una ceremonia multitudinaria, a la que asisten miles de personas.
Este año, dicho evento se efectuó ayer, miércoles, al iniciarse el segundo día de Janucá y bajo el lema “Encendé tu alma. Iluminar el mundo depende de vos”.
“Es una gran emoción estar aquí, celebrando un nuevo Janucá, después de haber estado tantos años sentado en otras celebraciones, pero ésta es la más importante porque la primera vez que se hizo, en 1987, me di cuenta de que la Argentina había cambiado para siempre: si podía haber una menorá en una plaza pública era porque la Argentina nunca más iba a volver a ese pasado oscuro que nos dividió”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Héctor Timerman.
El canciller destacó la presencia en el acto del ministro de Salud, Juan Manzur, “una de las personas que más ha apoyado la tarea de Jabad Lubavich en la Argentina”.
Timerman contó que estuvo hablando con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre lo que significa Janucá y recordó que meses después de la crisis de 2001 Néstor Kirchner le preguntó sobre el trabajo solidario de la comunidad judía.
“Él admiraba la capacidad que tenía el pueblo judío de ayudar a los prójimos, sobre todo en momentos de grandes crisis, y ésa fue la primera vez que pude hablar con él de Jabad Lubavitch y del trabajo que hace, aquí y en el resto del mundo; creo que ahí comprendió también la historia del pueblo judío y lo que significa, entre nosotros, el ayudarnos los unos a los otros y no mirar a quién, sino salir y ayudar a todos por igual”, finalizó.
Luego del encendido de las velas de Janucá, el director nacional de Jabad Lubavitch Argentina, Rab. Tzvi Grünblatt, deseó “Jag saméaj, feliz fiesta de Janucá, para todos los presentes, toda la Argentina y el mundo entero”.
“Janucá, una gesta de 2.200 años atrás, se llevó a cabo a través de una familia, la de los macabeos: un papá, Iojanán Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), y sus hijos”, resaltó.
El religioso explicó que “el milagro de Janucá consistió en vencer a una superpotencia como Grecia con un puñado de gente”, lo cual enseña que hay que “superar las adversidades”.
“Janucá nos muestra lo que puede hacer una familia que tiene luz, convicción, principios, ideal; una familia que no se deja llevar por las tentaciones del poder de turno, que no se quiere congraciar con los invasores, sino que quiere seguir con la fe de su pueblo, con esos principios que lideraron a todo Israel desde la salida de Egipto, y éste es el milagro de Janucá constante”, aseguró.
Grünblatt aleccionó que “Janucá quiere decir ‘inauguración’, pero (también) ‘jinuj’, educación”, porque “la base de la civilización está en la educación”.
El hecho “que alguien adquiera conocimientos técnicos y científicos es muy importante, pero no asegura el futuro de la civilización”, aseguró el director nacional de Jabad Lubavitch Argentina, quien puso como ejemplo a “los nazis -que sea borrado su nombre-“, que “tenían toda la preparación y la cultura, pero no eran personas; les faltaba lo básico: sentir por el prójimo”.
Grünblatt insistió con que “la base de la educación es formar gente que crea en principios muy claros, como los de la Torá, la base de la civilización: no robar, no matar, no cometer adulterio, no hacer sufrir a un animal, no hacer idolatría, no blasfemar y llevar adelante la justicia, que incluye la justicia social; esto no es un invento del siglo XIX”.
El religioso recomendó que “estos siete principios básicos de toda la humanidad son los que hay que formar en cada niño y joven” porque “el éxito se construye” sobre ellos.
“Se educa con luz, no con palos, ni con miedo; la vela de Janucá educa”, afirmó, porque “cuando uno trasmite claridad, bondad y sinceridad, que emanan de la fuente de toda verdad que es D’s, tiene macabeos en todos los lugares y generaciones que se juegan y trabajan por un mundo mejor”.
“Que este Janucá nos inspire a iluminarnos interiormente” porque así “vamos a tener siempre estabilidad y vamos a poder iluminar exteriormente”, anheló el director nacional de Jabad Lubavitch Argentina.
“Iluminarnos interiormente es todos los días encender una vela más, buscar una persona más a quien ayudar, (cumplir) una mitzvá más -tefilín, mezuzá, cashrut, Shabat, tenemos 613 para divertirnos toda la vida-, y quiera D’s que vengan todas bendiciones hasta la llegada del Mesías”, finalizó Grünblatt.
El acto fue conducido por Shaul Hochberger y amenizado por la orquesta Kef y el humorista Rudy.
Entre los invitados especiales también se contaron el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Olivieri; el embajador del Estado de Israel, Daniel Gazit; los titulares de la DAIA y la AMIA, Aldo Donzis y Guillermo Borger, respectivamente; el vicepresidente 1º de la OSA, Rafael Kurzrok; el ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman, el académico Bernardo Kliksberg y el director para Latinoamérica del Centro Wiesenthal, Sergio Widder.
Todos ellos, Grünblatt y los ministros encendieron el shamash (vela piloto, que enciende a las otras) y las dos luminarias correspondientes a sendos días de Janucá junto con Eduardo Pochinki, César Wengrower, Gerardo Werthein, Daniel y Shalom Lapidus, Zalman Opel y Oscar Olender, entre otros.
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