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Tres meses después de la revuelta popular que terminó con la caída del presidente Hosni Mubarak, Israel aún le preocupa la política del nuevo gobierno egipcio y no descarta que pueda transformarse en un factor hostil para el gobierno israelí, según transmitió el primer ministro Benjamin Netanyahu a embajadores de la Unión Europea la semana pasada en Jerusalem.
"Estoy muy preocupado por algunas de las voces que hemos escuchado recientemente de Egipto", dijo Netanyahu a los diplomáticos.
"Estoy especialmente preocupado por las declaraciones del actual Ministro egipcio en el extranjero", agregó.
De acuerdo a lo consignado por el diario Haaretz en su sitio web, las declaraciones de Netanyahu están vinculadas con las opiniones de algunos importantes funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto.
A las declaraciones formuladas por los funcionarios egipcios se agregó en los últimos días las manifestaciones de miles de egipcios frente a la embajada de Israel en El Cairo y su consulado en Alejandría.
Una fuente de la cancillería citada por Haaretz apuntó que algunos funcionarios egipcios realizaron declaraciones durísimas en las últimas dos semanas, e incluso llamó a Israel "el enemigo".
El ministro de Finanzas egipcio Samir Radwan, por ejemplo, refiriéndose a la posibilidad de inversiones de Israel en Egipto, dijo que Egipto no tenía necesidad de inversiones de "el enemigo".
Esta afirmación enfureció a Israel, especialmente en vista de las solicitudes de Egipto en los últimos meses para ayudar en inversiones o en recibir más ayuda del Congreso de Estados Unidos.
Incluso no se descarta que para las elecciones de septiembre en Egipto, los candidatos tengan declaraciones más duras contra Israel para ganarse el respaldo de los votantes.
GB