Durante una reunión en el campamento de refugiados de Jabaliya, en el norte de la franja de Gaza, un activista de Hamás, dirigiéndose a la muchedumbre con altavoz, prometió que el movimiento radical vengará la muerte de Mohamed Al Hanbali, fallecido durante un tiroteo que también costó la vida
a un soldado isaelí. Hanbali, de 27 años, era el jefe de las Brigadas Ezzedine Al Qassam, brazo armado de Hamás en Nablús, en el norte de Cisjordania.
Unos 3.000 simpatizantes de Hamás participaron en la concentración para protestar contra los «crímeness» de Israel perpetrados contra los militantes y pidieron venganza. Un responsable de Hamás, Nizar Rayane, afirmó que su movimiento responderá a los atentados selectivos contra varios de sus activistas perpetrados por el Ejército israelí estas últimas semanas.
«La respuesta estrepitosa de las brigadas Al Qassam está a punto de llegar», declaró. «Ya no es momento para treguas o negociaciones. Nuestros combatientes deben hacer temblar la entidad sionista», añadió.
También criticó el congelamiento a finales de agosto, por parte de la Autoridad Palestina, de las cuentas de los organismos vinculados a Hamás, afirmando que esta medida «no detendrá la revolución de nuestro pueblo».
Doce activistas de Hamás, entre ellos altos responsables, murieron en operaciones del Ejército israelí desde el pasado 21 de agosto, después de un sangriento atentado suicida en Jerusalén reivindicado por el movimiento radical.