Marcha por la vida es un programa internacional educativo que lleva a judíos de todo el mundo a Polonia para conmemorar el Día del Holocausto con una marcha de Auschwitz a Birkenau. En total son tres los kilómetros que separan a estos dos grandes campos de concentración construidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El viaje concluye en Israel con los festejos del Día de la Independencia.
La misión del programa es unir a personas de diferentes países y culturas para compartir una experiencia común, fortalecer la memoria y revitalizar el compromiso con el judaísmo.
Irina Zelener, de 24 años, viajó a «Marcha por la Vida» en 2000 y reflexionó sobre su experiencia: «Hace cinco años que viajé y, aun hoy, me pregunto si hay forma de explicar y transmitir lo que esta experiencia dejó en mí».
«Durante cinco días recorrimos Polonia, la vida judía que allí transcurrió y que, a pesar de todo, se sigue sintiendo, aunque solo sea a través del recuerdo: el Templo de Noszyk, el Cementerio, el Umschlagplatz, el Gueto de Varsovia, la Ciudad Vieja y su mercado, la Yeshivá de Lublin –hoy facultad de Medicina- y los infames campos: Plaszow, Maidanek, Auschwitz y Birkenau.
«¿Cómo explicar el sentimiento de quienes nos encontrábamos allí, de querer gritar desde lo más profundo de nuestro ser: ¡Estamos aquí porque no olvidamos! No olvidamos nuestra historia, nuestras raíces, no olvidamos nuestros antepasados, no olvidamos la masacre que aquí aconteció y por sobre todo, estamos aquí porque reafirmamos nuestro compromiso y obligación de Recordar».
Abel Lipski es organizador de actos de recuerdo del levantamiento del ghetto de Varsovia e hijo de sobrevivientes.
«Yo soy hijo de sobrevivientes y tuve la oportunidad desde chico de estar conectado con el tema. A pesar de esto, cuando viajé a «Marcha por la vida» en el año 1992 pude entender lo que les tocó vivir a muchos de nuestros hermanos durante el Holocausto. Fue una máquina sistemática de destrucción del ser humano».
«Nosotros después de tantos años seguimos acá conmemorando este acto, como recordatorio de los que ya no están, como reconocimiento a los pocos que siguen en vida. Es una obligación como judíos seguir conmemorando para evitar que se repita una situación como esta».
Durante el viaje se recorren varias ciudades polacas: Tikocyn, Treblinka, Varsovia, Lublin, Cracovia, Majdanek y Auschwitz. Una vez en Israel, se visita Jerusalem, Tel Aviv, Masada, el Golán y Haifa.
Desde 1988, más de cien mil personas participaron de Marcha por la Vida. De acuerdo con la fundación, es una de las formas más efectivas de educar a las nuevas generaciones acerca del Holocausto y proveerles un entendimiento profundo sobre lo ocurrido en Europa más de medio siglo atrás.
La institución fue creada, en 1987, por Avraham Hirchson, un miembro del parlamento israelí, para contrarrestar una fuerte corriente negadora del Holocausto y un incipiente antisemitismo.
Fte:motl.org