Itongadol/AJN.- Samuel Willenberg, nació en Czestochowa, Polonia. A pesar de sus terribles experiencias como prisionero en Treblinka y más tarde como miembro de la resistencia polaca, nunca perdió su sentido del humor, su encanto y su sensibilidad.
Cuando llegó a Treblinka a los 20 años, se encontró con un conocido que le dijo que, si los nazis le preguntaban cuál era su profesión, debía decir que era pintor y constructor. Este consejo le salvó la vida. Muchos otros, que llegaron en el mismo transporte, fueron enviados a las cámaras de gas.
Willenberg fue uno de los instigadores de la revuelta de Treblinka, en la que unas 200 personas escaparon, pero sólo 67 sobrevivieron. Se estima que más de 800.000 personas fueron masacradas en ese campo.
Willenberg nunca logró sacar a Treblinka de sus pensamientos y sus pesadillas. Entre otras cosas, dibujó un diagrama exacto del campamento para que fuera utilizado por historiadores actuales y futuros del Holocausto, y el libro que escribió sobre sus experiencias, “Revuelta en Treblinka”, fue traducido a ocho idiomas. En el memorial del Holocausto, Yad Vashem, se puede ver una copia de su diagrama.
Willenberg era artista, escultor. Sus inquietantes esculturas, que sirven como monumentos recordatorios permanentes a aquellos cuyas vidas fueron truncadas en ese infierno en la tierra, se encuentran en Beit Lojamei HaGuetaot – el Museo de los Combatientes del Gueto, junto con sus dibujos y extractos de su testimonio escrito. Una de sus esculturas se encuentra en el jardín de la Residencia Presidencial en Jerusalem.
Willenberg fue considerado un héroe por su rol en la revuelta de Treblinka, pero su protagonismo fue aún mayor en la resistencia polaca contra los alemanes. Después de la guerra sirvió en el ejército polaco, y llegó a Israel en 1950 con su esposa, Ada, sobreviviente del gueto de Varsovia. El gobierno polaco le otorgó el más alto de los reconocimientos.
Desde el año 1993, Samuel y su esposa acompañaron grupos de jóvenes a Polonia, donde contaron su historia una y otra vez. Era un conferenciante muy requerido, no sólo en Polonia, sino también en Alemania y Estados Unidos, y por supuesto en Israel.
Los nazis destruyeron Treblinka ante el avance soviético, pero el gobierno de Polonia adquirió el sitio y colocó piedras marcadas con el nombre de todas las ciudades y pueblos de donde habían sido deportadas las víctimas de ese campo de exterminio. Cuando Willenberg conducía grupos de jóvenes y adultos a Treblinka, describía con lujo de detalles todo lo que hubo en cada rincón.
Samuel Willenberg también fue invitado en varias ocasiones a acompañar a dignatarios israelíes en sus visitas oficiales a Polonia.
En los últimos años de su vida, Willenberg fue protagonista de un documental titulado “Treblinka, el último testigo”, realizado por el cineasta Alan Tomlinson. Hubo muchos documentales que se centraron en su vida y experiencia, o en los que participó, pero éste fue el más extenso.
El gran sueño de Samuel Wlllenberg era establecer un museo de Treblinka. Su hija Orit es una arquitecta de renombre internacional, que diseñó la Embajada de Israel en Berlín, y preparó también un modelo para el museo. Junto a su madre, Ada, Orit tiene la esperanza de convertir el sueño de Samuel Willenberg en realidad.