Itongadol/AJN.- Hace 15 años Aharon y Elisheva Rosales y sus cinco hijos llegaron desde México y desde hace un año y medio viven el Moshav Beit Meir, en las afueras de Jerusalem. Yshai estudió en la Yeshivá (centro de estudios religioso) y se enroló en el batallón Nahal Haredi, donde alcanzó el rango de teniente. Tras su muerte fue ascendido a capitán.
Entre Yshai y Mijael, su hermano menor – que se enroló en el mismo batallón combatiente – hay una diferencia de dos años, y eran más que hermanos, verdaderos amigos. “Yshai es el único hermano con el que crecí desde que nací. Estuvimos juntos en el servicio militar. Nunca me imaginé que esto se podría terminar”, declaró a la prensa israelí.
Según Mijael, desde muy pequeño Yshai soñaba con enrolarse en el ejército. “Cuando niños jugábamos a ser soldados. Él era mi modelo, siempre lo seguí, todo lo aprendí de él. Accidente o no accidente, él murió en el ejército, protegiendo al país, que es lo que deseaba hacer”, expresó Mijael.
Yshai finalizó recientemente el curso de oficiales y fue un gran orgullo para su familia. “Lloré cuando completó ese curso”, recordó el padre, Aharon. “Él ponía el alma en todo lo que hacía, para él no existía no tener fuerzas, no tener ganas. El sábado pasado estuvo en casa, fue a la sinagoga y leyó la Torá. Su apodo era “sonrisa eterna”, nunca se enojaba, siempre sonreía”.
El accidente se produjo por el disparo de un proyectil de mortero – por un error que se investiga – hacia un batallón que entrenaba en la zona.
El incidente tuvo lugar durante un entrenamiento en el marco del curso de comandantes de batallón cuando el proyectil fue disparado en la dirección incorrecta por efectivos del Batallón 75 de la 7ª Brigada del Cuerpo de Blindados. Rosales, que entrenaba en ese momento con el batallón Nahal Haredi, se encontraba cerca y si bien el proyectil de mortero cayó al aire libre, la metralla impactó la parte superior del cuerpo y le causó la muerte.
Las autoridades investigan lo ocurrido para esclarecer si se trató de un error humano o una falla técnica, si las condiciones de visibilidad eran correctas y la orientación del disparo. Fuentes militares indicaron que se trata de una falla sumamente grave pero en igual medida excepcional, debido a la amplia variedad de mecanismos de seguridad empleados en ejercicios de este tipo.