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Itongadol/AJN.- El periódico norteamericano The Wall Street Journal informa hoy que la Administración Obama espió las conversaciones del primer ministro israelí Binaymin Netanyahu mientras se llevaban a cabo las conversaciones sobre el programa nuclear de Irán y también las posteriores a la firma del acuerdo con las potencias. Según este informe – que cita fuentes de la Casa Blanca – la información obtenida de este espionaje aumentó aún más la desconfianza entre los líderes de los dos países y enturbió sus relaciones, especialmente a partir del momento en que Netanyahu comenzó a actuar en contra del acuerdo con Irán.
Siempre de acuerdo con el diario, también fueron espiados otros funcionarios israelíes, cuyos nombres no se revelan en el informe. Entre otras, fueron interceptadas conversaciones de Netanyahu y esos otros funcionarios con miembros del Congreso norteamericano y líderes de la comunidad judía en Estados Unidos. Las escuchas a ciudadanos norteamericanos es algo excepcional, ya que la NSA tiene prohibido espiar a los ciudadanos del país, con excepciones limitadas. La prohibición se aplica incluso si se hace a través de una intervención telefónica a ciudadanos de otro país. Por lo tanto, el reporte indica que la agencia de inteligencia podría ser acusada de espiar a miembros del Congreso.
Las escuchas se realizaron incluso después que Barack Obama se comprometió a reducir el alcance del seguimiento de los líderes de países amigos de Estados Unidos. Esta promesa se produjo después que los documentos filtrados por Edward Snowden en 2013 revelaran la extensión de la red de espionaje de la agencia. Sin embargo, todo parece indicar que continuó el espionaje a Israel y en particular al primer ministro Netanyahu.
En la Casa Blanca creían que el hecho de conocer el contenido de las conversaciones los ayudaría a frustrar la campaña Netanyahu contra el acuerdo nuclear, y llegaron a la conclusión de que sería peligroso, desde el punto de vista político, pedirle abiertamente que cesara dicha campaña.
The Wall Street Journal indica que el gobierno norteamericano no dio la orden expresa de espiar a Netanyahu y cita una fuente que asegura: “No les dijimos que lo hicieran, pero tampoco les ordenamos que no lo hicieran”.
Las escuchas revelaron que Netanyahu y sus asesores habían filtrado detalles de las conversaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, que también obtuvieron a través de espionaje. Según informes de funcionarios del presente y el pasado en la Casa Blanca, el gobierno israelí intentaba socavar las posibilidades de que se firmara el acuerdo con Irán.
Según el periódico, Netanyahu y sus funcionarios hablaron también con judíos influyentes en Estados Unidos, para incitarlos contra el acuerdo, y se dirigieron a los miembros del Congreso que no estaban seguros de su posición, para tratar de persuadirlos de que se opusieran.
De acuerdo con los informes de la NSA, el embajador de Israel en Estados Unidos, Ron Dermer, estuvo involucrado en los esfuerzos para frustrar el acuerdo nuclear. El periódico también informa que transmitió a una organización estadounidense, al parecer judía, argumentos contra el acuerdo, que podían utilizar ante miembros del Congreso. El portavoz de la embajada negó estas acusaciones y dijo que “son un disparate".