Itongadol/AJN.-Algunas empresas israelíes no se molestaron en esperar que las directrices oficiales de la Unión Europea se aprueben y comenzaron a moviliar sus instalaciones a las fronteras israelíes reconoidas internacionalmente, antes incluso del anuncio de la semana pasada.
El caso más reciente involucra a la empresa SodaStream, que se relocalizó al sur de Israel. La decisión de mudar sus fábricas y oficinas desde la zona de la Margen Occidental hacia el Neguev fue fuertemente boicoteada por el movimiento BDS. Otras grandes empresas israelíes que se trasladaron a zonas menos competitivas fueron la bodega Barkan; la empresa productora de pretzels, Bagel Bagel; y la manofacturera sueca, Mul-T-Lock.
De acuerdo con la Asociación de Manufactureros de Israel, lo mismo hicieron unas 600 fabricas que pertenecen a la zona de la Margen Occidental y los Altos del Golan y otras exportadoras. A pesar de que Israel logró anexar con éxito los Altos del Golan a su terrotorio, la Unión Europea no lo reconoce como parte de la soberanía israelí, señalando que fue capturada durante la Guerra de los Seis Días en 1967 contra Siria, lo cual exige que los productos allí producidos sean etiquetados también.
Solo un estimado de 150 millones de dólares de los 15 billones de dólares de las exportaciones a la Unión Europea se originan en esos territorios.
La empresa de cosmético, Ahava, parece ser la excepción entre las marcas más reconocidas de Israel en el exterior. La firma, que hace productos de belleza y cuidado de la piel con las sales y minerales del Mar Muerto, tiene su principal fábrica en el Kibbutz Mitzpeh Shalem, en la Margen Occidental.
El caso de Ahava demuestra lo engañoso que resulta definir qué califica como producto hecho en Israel.
Debido a que no es una empresa que cotiza en bolsa, Ahava no está obligada a publicar sus datos financieros. Sin embargo, según diversos informes, sus ventas el año pasado ascendieron a 47 millones de dólares,con Alemania y Francia entre sus dos mercados principales de Europa.
Bajo el acuerdo de libre comercio de Israel con la Unión Europea, las exportaciones de los lugares judíos en la Margen Occidental y los Altos del Golán no tienen derecho a un trato fiscal preferencial. Para que los funcionarios de aduanas en el extranjero puedan identificar los productos fabricados en los asentamientos, las exportaciones israelíes a Europa deben llevar códigos postales que indican su lugar de origen. Como resultado, algunos productos de Ahava gozan de libertad arancelaria en la UE, mientras que otros no.
Bajo los términos del acuerdo de libre comercio para que un producto israelí pueda tener derecho a un trato preferencial, la mayor parte de sus entradas deben originarse en el lado israelí de la Línea Verde – y la mayor parte de su tratamiento debe tener lugar allí. Ahava ha insistido durante años que las sales del Mar Muerto y los minerales que utiliza en sus productos se compran a Dead Sea Works, que sólo mina zonas del mar en el lado israelí.
En algunos casos, la planta de Mizpe Shalem sólo se utiliza para el embalaje. La ubicación de la sede oficial de Ahava está registrada en Holon, un suburbio de Tel Aviv .
Los productos Ahava vendidos en el extranjero dicen en sus envases que se producen en el Mar Muerto- Israel. Los grupos anti – ocupación sostienen que este etiquetado es engañoso puesto que la fábrica principal de la empresa es en la Margen Occidental, y utiliza los minerales y sales – una acusación negada por la empresa – cosechadas de una sección del mar muerto en la Margen Occidental.
Bajo la nueva directriz de la UE, cada Estado miembro tendrá que establecer sus propias directrices para el etiquetado. Algunos pueden optar por adoptar la fórmula de libre comercio, acuerdo que permitiría seguir etiquetando a algunos productos de Ahava como Made in Israel.
Sin embargo, hay indicios de que la empresa pueda renunciar a la oportunidad de probar los límites de los nuevos requisitos de etiquetado. En su última declaración pública a la prensa, publicado el verano pasado, Ahava dijo que estaba considerando la apertura de una nueva planta no muy lejos de su planta existente, pero dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Israel.
Incluso si Ahava y otras empresas en situaciones similares pueden demostrar que sus productos reúnen los requisitos para una etiqueta Made in Israel, su victoria puede venir a un alto precio. Como un alto funcionario de la industria advirtió: "Algunos importadores pueden decidir que todo el trabajo de verificación requerida no vale la molestia y pueden simplemente eliminar estos productos de sus estanterías".