Itongadol.- La comunidad judía de Basavilbaso sacó el CD “Basavilbaso, Pueblito Mío”, a beneficio. Este es un proyecto de amor, compromiso y amistad por una comunidad y de una comunidad, para crear y recrear el legado cultural y musical de nuestro pueblo, para todos aquellos que sumaron sus sonidos, saberes y aportes para poder concretar este proyecto cooperativo.
"Basavilbaso, pueblito mío", editado en forma independiente por Enrique Grinberg, es una forma de registro antropológico de las melodías y las letras que constituyen la memoria de un verdadero shtetl argentino.
En este disco se puede oír el deambular del pueblo judío por las más vastas latitudes, viajes y caminos de aquellos heroicos “gauchos judíos” movilizados por la acción filantrópica del Baron Hirsch y, por qué no, también recorridos y rutas personales.
El disco, que lleva por arte de tapa una fotografía de la sinagoga Beit Abraham, se inicia con un tema emblemático. Justamente allí, donde la patria fue el idish, “Basavilbaso” del tanguero Jevel Katz reconstruye entre el idish y el castellano la vida del “shteitele di main”. El idish da lugar al hebreo, especialmente en la liturgia religiosa conocida como jazanut, con la particularidad del Salmo 150 -que refiere a los instrumentos con los cuales se debía alabar a la Divinidad- cuya representación decora el techo del que hoy es el templo principal de la comunidad, el Tefilá Le Moisés.
Como el idish y el hebreo, también el ladino forma parte la lista de diez canciones y tres bonus track del disco. “A la una yo nací” y “Los bilbilicos” toman la representación de la cultura sefaradí. En tanto el cierre -guiño de la pasión de Grinberg por la ópera- incluye el italiano en la famosa “Coro de los esclavos hebreos” que corresponde a la ópera Nabucco de Verdi.
Los climas van y vuelven, combinando representaciones pobladas de instrumentos como “Alelu” ó “Dos lid fun Besarabia”, con la emotiva simpleza de “Papirosn” y “Le dor va dor”.
La dirección musical es de Matías Linetzky, que junto a Ezequiel Silberstein, Erick Haimovich y Victor Garelik conforman el grupo de organistas que han acompañado a Grinberg en estos 25 años en sus oficios en Basavilabaso. Garelik es parte a su vez de los integrantes de aquel Conjunto Instrumental Juvenil Judío, que como el ex violinista de La Portuaria, Javier Weintraub, y el clarinetista de la Orquesta Filármonica del Teatro Colón, Matías Tchicourel, han sumado su participación. También destacan su presencia entre los más de veinte colaboradores, la coreuta del Teatro Colón, Vera Golob, y el percusionista de Fuerza Bruta, Gabriel Ostertag.
El disco se consigue de boca en boca y estará pronto a la venta. Lo recaudado será destinado a los proyectos de la Comunidad Judía de Basavilbaso.
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