Además, Simon Peres ha asegurado que su país impedirá que éstos convoquen como testigos a los militares que les parezca. «Israel no puede aceptar que la misión decida a qué militares desea interrogar, tal como lo ha exigido», apuntó Peres a la radio militar israelí.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor, Saul Mofaz, se mostró opuesto a que los militares testifiquen ante la misión de la ONU, según apunta el diario Maariv .
El jefe de la diplomacia hebrea estimó que este asunto es actualmente el «principal punto de divergencia» sobre la misión de la ONU que pretende investigar lo ocurrido en el campo de refugiados, que fue escenario de violentos ataques israelíes a comienzos de mes.
Los palestinos acusan a Israel de haber cometido masacres en el campamento de refugiados de Yenín y señalan que «varios cientos» de personas murieron durante los ataques.
Israel rechaza esas acusaciones y afirma que murieron a lo sumo unas decenas de palestinos, subrayando que en los combates por la toma de ese campamento 23 de sus soldados perdieron la vida. Por el momento, sólo unos 50 cuerpos han sido hallados en los escombros del campamento, devastado por los intensos bombardeos israelíes.
La secretaria general de Amnistía Internacional, irene Khan, ha llegado esta mañana a la ciudad de Yenín para visitar el campo de refugiados. La dirigente de AI se encuentra acompañada de expertos jurídicos y militares, y tiene previsto entrevistarse con familiares de las víctimas.