En efecto, según Peres, Israel ya ha conseguido de la ONU que los militares testifiquen protegidos por el anonimato, con la garantía de que ninguna acusación será luego lanzada contra ellos por «crímenes de guerra».
«Israel no está en el banquillo de los acusados sino en el de los acudadores y sobre todo no debe dar la impresión de que tiene algo que esconder», dijo Peres, que afirmó que sólo «siete civiles palestinos (sin armas) y 45 palestinos armados habían muerto en los combates» en el campamento.
Los palestinos, por su parte, acusan a Israel de haber cometido masacres en el campamento de refugiados de Jenin y señalan que «varios cientos» de personas murieron durante los ataques.
Israel rechaza esas acusaciones y afirma que murieron a lo sumo unas decenas de palestinos, subrayando que en los combates por la toma de ese campamento 23 de sus soldados perdieron la vida. Por el momento, sólo unos 50 cuerpos han sido hallados en los escombros del campamento, devastado por los intensos bombardeos israelíes.
De hecho, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el general Saúl Mofaz, ha descartado la convocatoria de militares para testificar, asegurando que sería comparable a un «abandono de heridos» en el campo de batalla.
Mientras, entrevistado por la radio, un ministro sin cartera de la extrema derecha, Effi Eitam, jefe del Partido Nacional Religioso, indicó por su parte que «los soldados que luchan contra los terroristas no deben responder de sus actos ante una comisión de investigación».
Fte E.Press