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Itongadol/AJN.- El Museo del Holocausto Yad Vashem es la Autoridad Nacional para la memoria de las seis millones de víctimas que fueron asesinados durante la Shoá. Ubicada en Jerusalem, éste fue creado en 1953 por disposición de la Knesset, parlamento israelí, y desde entonces recibe visitantes de todo el mundo y todas las religiones. Aharon Erlich, uno de sus guías en español, hebreo e idish hace siete años, es un argentino que tomó su trabajo como una misión y que intenta transmitir el sentimiento de lo que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial.
“Visitar este lugar no es algo fácil. El tema nunca lo fue, no lo es, ni lo será. Pero seguramente, y sin lugar a dudas, constituye una experiencia personal, emotiva y diferente a cualquier otra”, destacó, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias.
Aharon fuen docente en la argentina donde muchos egresados de la Escuela Scholem Aleijem aún recuerdan sus magníficas clase de Tanaj. Como guía, Erlich recibe a alumnos de edad escolar, soldados del ejército israelí, policías, grupos, familias, delegaciones especiales y visitas ilustres para hacerles llegar lo que ocurrió y para que algo similar nunca vuelva a repetirse. “Más que un trabajo, considero que estoy cumpliendo una misión. Siento que tengo una gran responsabilidad para intentar transmitir no solamente un relato histórico, sino un sentimiento, una angustia, un dolor colectivo que no termina de cicatrizar a pesar de que pasa el tiempo”, dijo.
“El Yad Vashem es visita obligada para todos, israelíes que viven en el país, visitantes y turistas, judíos y no judíos. Pero sobre todo para los jóvenes, tanto de Israel como los del mundo todo, para poder entender mejor la narrativa histórica de nuestro pueblo y la tragedia nacional que sufrimos en la época moderna, en Europa”, puntualizó.
Erlich también destacó que las visitas más especiales son las de los mismos sobrevivientes del Holocausto: “En estos casos trato de que ellos cuenten a los demás miembros del grupo sus experiencias personales y entonces paso a hacer silencio y les doy la posibilidad que se expresen. Cuanto más, mejor. Considero que esos momentos, son muy especiales”.
En los últimos años, el Yad Vashem recibe alrededor de un millón de visitas por año. “Aquí se han reunido los diferentes aspectos de la recordación de la Shoá y de su legado, con el fin de posibilitar y concretar en la actualidad, una conmemoración significativa, emotiva y relevante”, aseguró.