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Itongadol.- Claudio Avruj, presidente del Museo del Holocausto y Subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, expresó su preocupación ante la escalada de incidentes antisemitas en relación al conflicto entre Israel y la Franja de Gaza y analizó el fenómeno mundial, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias.
"El antisemitismo parte de un prejuicio, y éste, tiene que ver con la falta de educación. No podemos ignorar que en el país en las últimas décadas ha habido una degradación de la educación en cómo se fueron formando las nuevas generaciones. Cuando uno contrasta, se encuentra con un vacío muy importante y hay contradicciones. Por un lado la sociedad argentina avanzó muchísimo en tema de derechos humanos y convivencia, hay un piso desde el que no se vuelve para atrás, que tiene que ver con el deseo de la sociedad de vivir en paz. Pero, evidentemente, no se sostiene desde la educación y la política", expresó.
"Cuando tenés un sistema política que no está fundado en el diálogo real, esto permite enormes rajaduras donde la intolerancia y el desprecio al otro se sedimenta. Entonces surge que cualquier situación explosiva va a permitir la reacciones de oponentes y no las de positivas de convivencia", agregó.
Avruj también se refirió a las manifestaciones violentas que se ve en distintas partes del mundo. "Hace años que no se ve una escalada violenta como la que estamos viendo hoy. Hay que tomar lo que pasa en Israel y Gaza. Siria lleva tres años en una lucha fraticida terrible. Hay que pensar en lo que pasa en Irak, en Ucrania y en Rusia. La tensión existente en Corea. Estamos en una coyuntura mundial nada alentadora que nos obliga a mirar con mucha preocupación y atención los procesos sociales y políticos que se están desarrollando", dijo.
"Este no es un país antisemita. Esto no se puede decir jamás. Sí existe el antisemitismo visceral y latente en muchos sectores. Esta situación de Israel lo puso en evidencia. Coincido con el informe de ADL, en el que uno puede entender las reacciones contra el Estado de Israel, pero cuando éstas no están mezcladas con odio antisemita. ¿Qué tiene que ver esto con una carta a un comerciante judío en Estados Unidos amenazándolo de muerte? ¿Qué tienen que ver las pintadas en Buenos Aires con cruces esvásticas por la defensa del Estado de Israel? Esto tiene que ver con la educación, tiene que ver con los enormes avances de diálogo y en la pelea permanente de la sociedad argentina y en el no diálogo. Estas cosas se dan simultáneamente", remarcó.
Consultado sobre la situación las repercusiones que tuvo el conflicto entre Israel y la Franja de Gaza en Latinoamérica, dijo: "Israel lo que está haciendo hoy es la defensa de sus territorios soberano y de sus ciudadanos. Se puede criticar una decisión política del Estado Israelí, pero no se puede extrapolar eso al antisemitismo y dañar a las comunidades judías. Lo que no se puede hacer el malversar el concepto de genocidio. Quien quiera conocer el concepto, está invitado al Museo de la Shoá".
El funcionario además hizo una autocrítica y aseguró que todavía no se ha implementado nada para evitar este tipo de situaciones. "La educación no le ganó la batalla al antisemitismo. Nuestra política está fundada en hacer convenios con instituciones con las que nunca se había hecho algo formal. La Universidad de Lomas de Zamora, un bastión enclave importante en el conurbano bonaerense, marginado de muchísima pobreza, no tiene judíos y no se tiene una mínima noción de lo que fue el Holocausto".
Hace poco se realizó un convenio para incorporar en la Cátedra de Derechos Humanos el tema del Holocausto, lo cual fue formalizado mediante un acuerdo con la Policía Federal Argentina. "Lo que se tiene que entender de nuestras instituciones es que no se puede dar concluida jamás la actividad. No por dar una conferencia uno debe creer que el camino terminó allí, porque después de esa camada viene otra y otra y las generaciones se van superponiendo y hay que redoblar los nuevos mecanismos tecnológicos, pedagógicos, el uso del lenguaje hay que aprender a llegar a esas generaciones para movilizar y conscientizar", puntualizó.
"El trabajo es titánico, maratónico y obviamente requiere de recursos materiales y humanos que por suerte el museo los tiene. Hoy hemos dado una vuelta muy grande de tuerca y no damos abasto con las demandas que tenemos", agregó.
Avruj también habló sobre la labor constante del Museo del Holocausto y aseguró que éste "el Museo tiene abierto todos los canales de diálogo, tanto institucionales como personales". "El único camino es el conocerse y poner un freno a la violencia. Me preocupa las ligeras opiniones de condena a los judíos, me preocupa las fuertes acusaciones a los judíos por el conflicto Israel y Gaza. No escuché esas mismas voces salir a condenar el asesinato del periodista americano ayer en su decapitación en un video que dio la vuelta al mundo. ¿Cuál es la vara de los valores que se manejan? Esta gente nunca la escuché hablar sobre lo de Siria e Iraq. Existe un antisemitismo visceral y uno intelecutal. En la mayoría de las personas tiene que ver con la ignorancia y una mezcla de conceptos", destacó.
El prisdente del Museo de la Shoá también dijo que la ola antisemita acelerada en todo el mundo exige de la comunidad judía un rol protagónico diferente al de ahora. "Yo creo que ha habido un enorme relajamiento y hoy en día no se trata de alarmarse, protestar o quejarse ante estos hechos. Creo que es la hora de que los judíos retornen a las instituciones judías. A participar, a educarse, a asumirse como judíos. Está claro que quien no se asume plenamente como judío, el antisemita lo define también como tal", expresó.
Además aseguró que esto no es solamente responsabilidad de los dirigentes, sino de cada uno de los judíos. "El museo del Holocausto es más visitado y conocido por la sociedad en general que por los propios judíos. Esto es un dato alarmante que hemos descubierto en el último año y medio reuniéndonos con docentes, dirigentes de instituciones y empresarios. Este momento es clave de la historia nos exige compromiso, los actos tiene que dejar de ser rituales para ser tomas de compromisos. Si no evocamos solamente y hoy no se puede vivir de espaldas a la comunidad judía. En esto estamos todos", contó.
"El museo en este momento es una hermosa herramienta de la sociedad argentina para trabajar en el dialogo, el encuentro y en la educación. Hay otras instituciones que también trabajan en la misma línea y la sociedad tiene que empezar a buscar refugio en este tipo de instituciones. Porque es la unión el diálogo, el compromiso con una ciudadanía integrada, lo que nos va a permitir la paz", finalizó.