Itongadol/AJN.- “Hace unos años tuvimos una Primavera Árabe, y hoy en día, a partir de Irak, que está colapsando, Medio Oriente ha entrado en una nueva era de caos e incertidumbre, en la cual las naciones están desintegrándose”, pero Israel “es un faro: tiene cimientos fuertes, una economía fuerte, casi pleno empleo, el Ejército más poderoso de la región y, lo más importante, raíces que vienen de hace miles de años”, analizó el ministro de Economía y de Asuntos de Jerusalem y la Diáspora, Naftali Bennett (foto), durante la Cumbre de Medios Judíos realizada la semana pasada en Jerusalem.
“Un faro proyecta luz, y ésa es la misión de Israel: estamos para hacer el bien adentro y afuera”, prosiguió.
“Como Estado democrático y judío, los ciudadanos árabes tienen derechos totales, votan en la Knesset (Parlamento) y tienen empleo: cada vez hay más trabajos para los árabes”; sin embargo, “no trabajan tantas mujeres, por tradición y prejuicio, y estamos actuando para cambiar eso: hoy hay mujeres que están trabajando por primera vez en sus vidas”, informó el líder de Bait Yehudi.
“Proyectar luz es un desafío, y como ministro de Economía me estoy ocupando de cinco grandes campos tecnológicos que estamos explorando y aumentando: la generación de agua, la producción de comida, la energía alternativa, la seguridad informática y las ciencias humanitarias”, contó.
“El denominador común de estas áreas es que le hacen bien a Israel, pero también al mundo: en África estamos generando agua en lugares donde no hay, en India estamos multiplicando su agricultura y entrenamos a granjeros y en los Estados Unidos se usan compañías israelíes para seguridad informática”, ejemplificó Bennett.
“Me crié en Israel, serví en el Ejército, estudié, fundé una pequeña compañía, fracasé, luego tuve éxito, la vendí y cuando podía estar en el Caribe celebrando el logro, empezó la Segunda Guerra del Líbano y de repente me vi comandando un operativo para encontrar y eliminar lanza misiles; eso cambio todo para mí: me di cuenta de que esa guerra era diferente (porque) tenía un hijo pequeño y de que los malos no quieren que haya judíos en Israel”, relató.
“Entonces me metí en la oposición, creí en la visión de Netanyahu, me uní a la política en el partido más tradicional judío y después de las elecciones formamos una alianza poco común y me uní al gobierno para arreglar varias cosas que ocurrían en Israel”, continuó el ministro israelí.
“Creo que Netanyahu está haciendo un buen trabajo, aunque no estoy de acuerdo con él en todo”, resumió.
“Israel tiene imperfecciones y siempre es criticado, como ningún otro (país): Assad asesinó a miles de ciudadanos, (pero) si construimos una casa en un lugar erróneo, obtenemos el boicot y la deslegitimación del mundo”, se quejó Bennett.
“Eso está mal y necesitamos que ustedes (los medios judíos) hablen porque pasan cosas malas cuando la gente buena se mantiene en silencio”, advirtió.
“Como ministro de la Diáspora me mantiene en vilo la asimilación de los judíos: estamos perdiendo a miles todos los días, las generaciones jóvenes no están alineadas, muchos se están alejando de Israel y su identidad judía”, razón por la cual “hemos decidido que el gobierno de Israel invertirá y trabajará duro en ello”, anunció el funcionario.
“Nos dimos cuenta de que aunque queremos que hagan aliá (emigración a Israel), debemos invertir en la Diáspora: queremos reforzar el vínculo judío y hace poco se ha aprobado un presupuesto para eso”, añadió.
“No sabemos cuál es la solución y queremos trabajar en conjunto”, admitió para finalizar.