Itongadol.- Dr. Yosi Goldstein, Centro Liwerant, Universidad Hebrea de Jerusalem
A pocas horas de haber recibido la trágica noticia del asesinato de los tres jóvenes adolescentes israelíes – Naftalí Fraenkel, Eyal Yifrah y Gil-Ad Shaer Z"L – huelgan las palabras y tan solo resta solidarizarse con las familias y compartir el duelo nacional.
No obstante, corresponde agregar una reflexión académica personal, continuando el primer blog enviado la semana pasada.
La célula terrorista que cometió este atroz crimen sin duda pertenece al Hamas, sus familias están totalmente identificadas con ese movimiento político y han declarado que se identifican con el secuestro de judíos como carta política para una futura liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes, aplicando el precedente del caso de Guilad Shalit.
Lo particular del suceso actual fue el asesinato inmediato de los tres adolescentes, y la fuga de sus asesinos, que aún siguen escondidos aparentemente en la zona de la ciudad de Hebrón o en Halhul.
El asesinato inmediato de los tres jóvenes, se debe a que descubrieron la llamada telefónica a la policía israelí, anunciando ese hecho, y que fuera ignorada por los oficiales al suponer que no se trataba de un hecho real.
Otro elemento singular en este caso fue la actitud del liderazgo del Hamas, tanto en Gaza como en Qatar (donde se encuentra el cuartel central luego de la ruptura de esta organización con el régimen sirio), que no asumieron responsabilidad por el secuestro y asesinato de los jóvenes israelíes estudiantes de Ieshivot.
La explicación brindada por expertos en la materia es que Hamas desea preservar al gobierno de unidad en Ramallah con el Fataj – organización central de la Autoridad Palestina y a la cual pertenece el presidente Mahmud Abbas.
El interés oficial israelí, expresado clara y explícitamente por el primer ministro Netanyahu, es de disolver ese gobierno y deslegitimar al partido Hamas para evitar que en un futuro cercano pueda ganar el poder por vía democrática.
Un factor para tener en cuenta es el cambio de estrategia de algunos grupos islamistas en toda la región y en el mundo, de incurrir en actos terroristas en forma atomizada e independiente de su movimiento madre.
Es probable que esa sea la explicación del acto terrorista que estamos analizando. Sea como sea, el partido y movimiento Hamas no pueden evadir su responsabilidad por lo ocurrido, tanto a nivel ideológico como por su constante llamada a secuestrar y matar judíos con fines políticos.
Cuando Hamas habla de la lucha contra el "conquistador" israelí y a liberarse de la ocupación israelí no se refiere a los territorios de Cisjordania sino a todo el Estado de Israel.
La gran pregunta es si este trágico suceso será un catalizador para retomar las negociaciones con el presidente Abbas o si se convertirá en un motor político para amplios sectores de la sociedad israelí que impulsan la interrupción total de toda negociación y la negación de la legitimidad de la Autoridad Palestina.
Lo cierto es que Israel deberá tomar decisiones trascendentales en respuesta a este acto criminal, que irán mucho más allá de meras represalias y castigos concretos.
Lo ocurrido no se focaliza meramente a pocos kilómetros de Jerusalem, en Gush Etzión y en Hebrón, sino que se proyecta hacia la Franja de Gaza y Medio Oriente en general.
La actitud de Israel se proyecta internacionalmente y la política que se adopte en respuesta al acto terrorista puede profundizar el aislamiento internacional de Israel y la condena general por sus acciones en la Cisjordania.
Dr. Yosi Goldstein
Universidad Hebrea de Jerusalem
Dirección de correo electrónico: [email protected]