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Luchando por el patrimonio de la humanidad

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Varias organizaciones judías del mundo lanzaron una campaña para salvar el templo. En Israel la noticia no tuvo mucha repercusión pero desde el Centro de Arte Judío de la Universidad Hebrea, se acercaron hasta la sede de la UNESCO (perteneciente a la ONU y encargada de la preservación de los patrimonios históricos).
Luego de pedir una urgente intervención, la UNESCO tomó parte en las acciones contra el derrumbe y les explicó a las autoridades de Tajikstan que es una «contradicción a los estándares internacionales de protección de la herencia cultural».

Carrera contra el tiempo

El Centro de Arte Judío está comprometido con la tarea de armar un archivo de la cultura visual del pueblo judío. Desde sinagogas y cementerios hasta casas privadas de judíos de todas las comunidades y movimientos.
Todos los edificios están ahora en desuso o se utilizan para otros fines como restaurantes, cines y teatros.
De acuerdo con la profesora Aliza Cohen-Mushlin, directora del Centro, existen 3400 construcciones en todo el mundo. El archivo cuenta, en la actualidad, solamente con 814.
«No se cuántos ya se han destruido, pero sí se que se están perdiendo rápidamente. Es una carrera contra el tiempo porque no sabemos cuántos quedarán en 20 años», confesó Cohen-Mushlin.
A partir de la caída de la Unión Soviética, los miembros del Centro llegaron a Europa Oriental. Y a pesar de sus pronósticos, encontraron más templos y cementerios de los que creyeron que habría.
«El descubrimiento más importante que hice fue el de entender que siendo judía también soy polaca, alemana o cualquiera de las nacionalidades en donde los judíos alguna vez vivieron», sostuvo Aliza. «Nuestra tendencia como israelíes es culpar a los Estados que no cuidaron los sitios judíos diciéndoles ´ustedes destruyeron, ustedes quemaron´».
«Creo que podemos hacer un trabajo mejor adoptando otro tipo de acercamiento. Diciendo que la herencia judía es también la herencia polaca, alemana o rumana, y no solamente nuestra. Si ellos no conservan la herencia de nuestro pueblo, tampoco están conservando la suya propia».
Fuente: Haaretz
Traducción: Leila Mesyngier

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