Itongadol/AJN.- El nuevo edificio de la AMIA fue inaugurado el 26 de mayo de 1999, casi cinco años después del brutal atentado terrorista en el que murieron 85 personas y otras cientos resultaron heridas.
Al discutir el proyecto de reconstrucción del edificio, las autoridades comunitarias resolvieron mantenerlo en el antiguo emplazamiento, como un signo de tenacidad frente al ataque terrorista.
Tras definirse el lugar, la institución comunitaria realizó una selección de antecedentes y su Comité de Reconstrucción decidió encomendar el anteproyecto a un equipo integrado por los arquitectos Alberto Bystrewicz, Luis Bernardo Erijimovich, León Gradel-Leo Kopelioff, Luis y Julio Grossman, Horacio Najlis-Nora Wolaj, Jorge Sumbre, Carlos Szlak, Alfredo Szmulewicz, y Gustavo y Leonardo Saiets.
El equipo de proyecto adoptó como propuesta básica la que trazó el arquitecto Alfredo Szmulewicz y adecuó los planos definitivos a una ampliación operada en el ínterin por la anexión de un lote lindero.
El edificio de Pasteur 633 se comenzó a construir en agosto de 1995, tuvo un costo de algo más de 8 millones de dólares.
El alejamiento del bloque edificado permitió conservar a la vista las cicatrices dejadas por el viejo edificio, dibujadas sobre la medianera derecha y que son parte del marco que rodea a la plaza seca formada como paso previo a la entrada principal.
Luego se proyectó un cuerpo compacto con un porcentaje de hormigón superior al de cualquier construcción estándar.
La estructura de hormigón, a su vez, está atravesada por losas de entre 30 y 60 centímetros de espesor, mucho más gruesas que las utilizadas habitualmente para resistir ataques explosivos.
El material fue puesto a prueba en Israel,
Más de 2 mil personas asistieron aquel 26 de mayo de 1999 a la reapertura de la AMIA y el acto inaugural comenzó con el toque de sirena para recordar el ataque ocurrido el 18 de julio de 1994.
Entre los oradores estuvo el entonces presidente de la AMIA Oscar Hansman y entre los asistentes había familiares y amigos de las víctimas del atentado.
En el nuevo edificio comunitario conviven hoy diversas instituciones judías, que trabajan intensamente por seguir construyendo juntos la historia de una comunidad.
La AMIA es una organización centenaria cuyas acciones apuntan a la inclusión y el pluralismo en la sociedad argentina.
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