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Itongadol.- El domingo fue un día histórico para la vida de nuestra Kehilá. Más de 14.000 personas concurrieron a los centros de votación para pronunciarse acerca de la Kehilá y sus desafíos de cara al futuro.
Casi un 60% de los votantes eligió apoyar proyectos que promueven la diversidad judía, el pluralismo y la inclusión en la Comunidad de las diferentes formas en que la vida judía se expresa en Buenos Aires. La mayoría de los socios de AMIA optó por listas que apoyaron explícitamente el protocolo elaborado por los rabinos de nuestra Asamblea Rabínica, en donde se exige el reconocimiento de los rabinos Masortí, la creación de un rabinato que sea representativo de esta corriente mayoritaria de la vida judía en Argentina, la inmediata admisión como socios plenos de AMIA de los judíos por opción que realizaron su conversión en el movimiento Masortí y la inauguración de un sector dentro del cementerio de La Tablada en donde todos los judíos del movimento Masortí, sea que hayan nacido judíos o que hayan adoptado el judaísmo, puedan tener digna sepultura según el ritual y la halajá de nuestro movimiento.
Independientemente de las diversas visiones que se puedan tener en relación a temas como la política nacional, la relación entre Israel y sus vecinos o políticas de gestión internas de la Kehilá, como movimiento Masortí creemos que es tiempo de dejar de lado diferencias para respetar la voluntad de los socios que se acercaron a votar y se pronunciaron por una AMIA que incluya en su seno de manera igualitaria a todas las expresiones del ser judío en la región.
Por eso creemos que es cabal que los hombres y mujeres elegidos para elegir en Asamblea de Representantes de Socios a la nueva Comisión Directiva de la AMIA comprendan el mensaje de las urnas y se aboquen a dejar de lado diferencias, mezquindades, ambiciones y rencores para poder asumir el mandato que recibieron de sus electores y transformar la AMIA en una kehilá inclusiva y plural.
Elegir una AMIA que no nos reconozca, sólo para no extender el brazo y estrecharlo con aquel con el que no coincidimos es no sólo traicionar el mandato de los electores sino faltar a la responsabilidad que nos cabe como dirigentes voluntarios, profesionales o rabinos de nuestra Tnuá.
En las vísperas de este Shabat que separa el recuerdo del horror de la celebración del renacimiento del pueblo de Israel en el establecimiento de su Mediná, elevamos nuestras oraciones a Dios para que pueda él iluminar a dirigentes y rabinos con la capacidad de interpretar con sabiduría el resultado de estas elecciones y ofrendar sus manos en abrazo fraterno para que en la unión a pesar de las diferencias podamos construir una AMIA que sea verdaderamente de todos.
"Que la gracia de Dios pueda posarse sobre nosotros y afirmar la obra de nuestras manos" Tehilim 90:17
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