Itongadol.- Gabriel Gutesman, un dirigente escolar que fue presidente de la escuela Natan Gesang, con la que continúa colaborando, y es miembro del Rat (Asamblea de Representantes de Socios de la AMIA) desde hace varios años, es uno de los referentes de Unidad Comunitaria, a quien entrevistamos a fin de que nos comente cuales son los proyectos que piensan implementar cuando sean miembros de la conducción de la AMIA.
Gabriel, ¿qué los ha llevado a constituir Unidad Comunitaria?
G.G.: El convencimiento de que la AMIA es de todos y para todos, por lo que consideramos que cada socio tiene que participar, integrarse a la tarea de la institución.
¿Cómo piensan instrumentarlo?
G.G.: Quienes decidimos crear Unidad Comunitaria creemos que la AMIA debe volver al espíritu que la guiaba hasta el 17 de julio de 1994, es decir antes del atentado que sesgo la vida de 85 inocentes, hirió a una 300 personas, destruyó el edificio comunitario y produjo cuantiosos daños en las viviendas, negocios y oficinas adyacentes. No es que intentamos negar lo ocurrido sino que a partir de la experiencia de estos casi 19 años, nos planteamos que es necesario volver a ser el centro de la vida comunitaria judía de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, brindando los servicios que los miembros de la comunidad necesitan, tanto los niños, los jóvenes, los que somos adultos y los mayores, sin involucrarnos en los avatares de la política nacional.
Por favor, danos algunos ejemplos concretos.
G.G.: Una de nuestras consignas es una frase del Rambám, “Nadie puede querer lo que no conoce” y por lo tanto consideramos que es responsabilidad de la AMIA que todos los chicos judíos tengan los conocimientos básicos de lo que es el judaísmo. Sabemos que por diversos motivos, tanto económicos, como geográficos y en muchos casos sociales, muchos chicos no concurren a las escuelas primarias que integran la red escolar judía. Para ellos debemos implementar un programa de estudios especiales, utilizando, por ejemplo los edificios de los movimientos juveniles, batei kenest, sedes de instituciones sociodeportivas, en donde docentes especializados enseñen, dos o tres veces por semana, en horario vespertino, los jaguim (festividades del calendario hebreo), el idioma hebreo historia judía y del Estado de Israel, cobrándoles un arancel simbólico. No queremos competir con las escuelas de la red escolar judía, todo lo contrario, ya que pensamos que una vez que los chicos se integren a este programa los padres se acercaran a las instituciones donde se brinda esa educación y a partir de ese momento intentar convencerlos de los importante que es para la continuidad judía que sus hijos asistan a una escuela judía integrante de la Red
¿Están proponiendo una especie de escuela complementaria?
G.G.: No, lo que proponemos es un programa educativo judaico que complemente la educación oficial que los chicos, que no concurren a una escuela judía, reciben.
¿Y qué pasa con los alumnos judíos que estudian el secundario en escuelas no judías?
G.G.: Una vez que hayamos puesto en marcha el proyecto que describí para los alumnos cuya edad es la de los chicos que concurren a la escuela primaria, y que el mismo se consolide; implementaremos uno similar para los alumnos de las escuelas secundarias. Por otra parte, como ya dije, no es nuestra intención que estos programas compitan con los colegios de la red escolar. Unidad Comunitaria considera que es necesario que la AMIA refuerce y valorice al Vaad Hajinuj por un lado, y por otro que mediante una tarea recaudatoria debidamente armada, pueda aumentar la ayuda que presta a las instituciones educativas judías de todo tipo.
Gabriel hasta ahora me hablaste de los niños, y de los adolescentes, pero ¿qué pasa con los jóvenes , que proponen para ellos?
G.G.: Somos consientes que una vez que el adolescente culmina sus estudios secundarios, si los realizó en una escuela de la red, normalmente se aleja de las instituciones comunitarias, en especial los que cursan estudios universitarios, pero a la vez que centena de ellos – todos los años – participan de los viajes a Israel que patrocina Bria, los movimientos juveniles y algunos programas de la Agencia Judía. Es nuestra intención establecer un acuerdo con dichas organizaciones y poder asociar a esos jóvenes a la AMIA sin cargo por un período de tiempo determinado, por ejemplo doce meses, durante el cual le enviaremos los materiales que distribuye habitualmente la AMIA a la vez que instrumentaremos que el Departamento de Juventud de la institución se ponga en contacto con ellos y los invite a participar en actividades especialmente organizadas para esa franja de edad. También es nuestro propósito hacer algo similar con los que se casan en los Batei Kneset y los padres de los alumnos de las escuelas de la Red que no son socios de la AMIA.
¿Queres agregar algo más?
G.G.: Sí, decirles a todos los lectores de este medio que estos son sólo un par de proyectos de las decenas que tenemos en carpeta y que hemos de comenzar a implementar no bien integremos la Comisión Directiva de la AMIA en mayo próximo. También que no cejaremos en la búsqueda de la verdad y la justicia para que las víctimas del atentado a la AMIA puedan descansar en paz y que los miembros de Unidad Comunitaria estamos plenamente identificados con el Movimiento Sionista, y su creación, el moderno y pujante Estado de Israel.