El alerta, sin embargo, provocó temor entre los empleados y vecinos del edificio, ubicado en pleno centro porteño, ya que el 17 de marzo de 1992 destruyó la sede de la Embajada, en Arroyo y Suipacha, y terminó con la vida de, al menos, 22 personas.
Según indicaron hoy fuentes policiales, la amenaza tuvo lugar al mediodía cuando una voz se comunicó con el conmutador de la sede diplomático y aseguró que se había colocado una bomba en el edificio.
Rápidamente, agentes de la Brigada de Explosivos de la Superintendencia Federal de Bomberos, junto a efectivos de la comisaría segunda de la Policía, acudieron al lugar para revisar el edificio de Avenida de Mayo 701, donde funciona la sede diplomática.
Pero una hora después, las inspecciones habían finalizado con resultado negativo.
Tomo intervención en el caso el juez federal Jorge Urso, quien instruye las actuaciones.
Fte Infobae