A punto de concluir su misión en el país, el embajador de Israel, Benjamín Orón, se despide con un reclamo. Cree que el Gobierno argentino debe asumir «una actitud política más firme» con Irán y el Líbano, los dos países sospechados de haber impulsado o protegido a los terroristas que ejecutaron los atentados contra blancos judíos en Buenos Aires —la Embajada israelí y la AMIA—, en los que murieron un total de 107 personas.
Así se lo dijo ayer a Clarín, en una charla mantenida a pocas horas de la despedida formal que le hará la Cancillería hoy al mediodía, donde será distinguido con la Orden de San Martín.
De todos modos, elogió la gestión de Néstor Kirchner por otorgarles a los atentados la categoría de «cuestión de Estado». Sobre el entredicho entre el Presidente y el titular de la AMIA por las grabaciones desaparecidas se limitó a comentar: «Todos estaríamos felices si aparecen.»
Nacido en Brasil hace 64 años, Orón es considerado un moderado. Llegó en épocas de la Alianza y será relevado a principios de agosto por Rafael Eldad, un diplomático de origen marroquí que cumplía funciones en el país cuando voló la Embajada, en marzo de 1992.
—¿Esperaba más avances en las causas de los atentados durante su gestión?
—Después de cuatro años, mi expectativa era irme con esos temas más definidos. Mirándolos como cosas del pasado y no de tanta actualidad. No es ésa la situación, aunque no puedo decir que no pasó nada.
—¿Qué pasos se dieron?
—Están mucho más claras las responsabilidades de la conexión internacional de los atentados. Opinamos que los orígenes y el elemento ejecutor son los mismos. Y las conclusiones de la Justicia y de los organismos del Estado no están muy lejos de las nuestras.
—Con esos datos, que refieren al gobierno de Irán como inspirador y al grupo libanés Hezbollah como ejecutor, ¿qué espera Israel del Gobierno argentino?
—El Presidente y el canciller cumplieron con un primer paso conceptual. Dijeron que los atentados son una cuestión de Estado. Es un cambio bienvenido, porque en el pasado oímos que éste era un problema de la Justicia argentina con algunos individuos extranjeros sospechosos. Cometer dos actos como éstos no es un problema de jueces y ciudadanos, sino que exigen la intervención de todos los poderes. Ahora se debe actuar en dos sentidos: avanzar en los procedimientos jurídicos y también en los políticos, porque son inseparables.
—¿Se refiere a acciones políticas más enérgicas en relación a Irán y el Líbano?
—No hay dudas que debe esperarse una actitud política más firme frente a la conexión internacional. Debe haberla si lo que presentaron la SIDE y la unidad de investigaciones del Gobierno lleva a esas conclusiones. El mecanismo que ideó el canciller argentino (juzgar a los sospechosos en un tercer país) no pudo avanzar. No quiero entrar en detalles sobre nuestra posición al respecto. Si los datos son creíbles, habría que actuar. Y si no lo son, habría que profundizar la investigación.
—¿Por qué Israel niega una posible pista siria?
—No tenemos ningún interés en darle inmunidad a Siria. Pero tenemos que ser serios. No sé de ninguna evidencia que lleve hacia ese país.
—¿Qué opina del entredicho por los casetes de la AMIA?
—Mi información es de segunda mano. Sólo puedo decir que todos estaríamos felices si aparecen las grabaciones.
FTe Clarin