Itongadol/Agencia AJN.- Centenares de personas participaron en Boulder, Colorado, en una marcha por la liberación de los rehenes israelíes retenidos por terroristas palestinos en Gaza una semana después del atentado terrorista contra la veintena de manifestantes que se había congregado para la ocasión.
El senador por Colorado John Hickenlooper y otros dignatarios se encontraban entre los participantes.
Los manifestantes sostenían carteles que decían «Terminen con el odio a los judíos» y repartían calcomanías con un «611», que representaba los días del cautiverio.
Ante un escenario cercano al lugar del atentado, cientos de personas se reunieron para escuchar a los oradores y canciones. Vendedores ofrecían cocina tradicional judía e israelí. En carpas marcadas como «Plaza de los Rehenes», filas de sillas permanecían vacías, salvo por fotos de los rehenes y la exhortación «¡Tráiganlos a casa ahora!».
Moshe Lavi, cuyo cuñado Omri Miran se encuentra entre los rehenes, les agradeció a los manifestantes su valentía para defender a su familia. Describió a Miran como un jardinero amable y cariñoso, esposo y padre de dos niñas pequeñas.
El evento se llevó a cabo en el marco de un festival cultural judío que este año se dedicó a destacar las historias de los rehenes israelíes después de que un terrorista egipcio lanzara bombas molotov contra los manifestantes hace una semana, hiriendo a 15 personas.
En videos pregrabados, familiares de rehenes les agradecieron a los asistentes al festival. Una de las hijas de Miran les dijo en hebreo: «Cuando Papi regrese de Gaza me llevará al jardín de infantes».
“Solo verlos hablándonos aquí, con todo lo que están pasando, su apoyo a nosotros es realmente impresionante. Nos recuerda lo conectados que estamos todos”, dijo Merav Tsubely, una israelo-estadounidense que fue al festival desde una ciudad al norte de Boulder.
El Departamento de Policía local y el FBI se coordinaron para brindar una mayor seguridad al festival, así como a las sinagogas y el Centro Comunitario Judío de Boulder. Agentes custodiaron las entradas al evento y el jefe de Policía, Stephen Redfearn, dijo que algunos agentes vestidos de civil estarían presentes entre la multitud. En una azotea cerca del escenario, tres personas empuñaban rifles y usaban binoculares para monitorear a la gente mientras drones sobrevolaban.
Matan Gold-Edelstein, un estudiante universitario de 19 años, afirmó que el festival, que tuvo una gran asistencia, fue una gran muestra de humanidad, independientemente de la religión o la política.
“No estamos aquí para apoyar una guerra. Estamos aquí para apoyar a nuestra religión, a nuestro pueblo y a las personas inocentes que aún se encuentran secuestradas”, dijo.
Su padre estuvo el fin de semana pasado y ayudó a apagar el fuego que quemaba a una anciana.