El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Ramin Mehmanparast, reiteró hoy, martes, en su conferencia de prensa semanal, que ningún ciudadano de su país está involucrado en el atentado a la AMIA.
“Las negociaciones (con la Argentina) están en curso y continuarán hasta que se alcance una conclusión clara”, dada su presunta “disposición a hacer una revisión detallada de quiénes fueron los perpetradores de este incidente”, agregó.
“Condenamos el terrorismo y rechazamos todas las acusaciones contra nuestros ciudadanos”, insistió Mehmanparast.
Ayer, lunes, se produjo la segunda reunión oficialmente reconocida entre ambas cancillerías, durante más de una hora, en la Sala VI del Palacio de las Naciones de Ginebra (Suiza), la cual se mantuvo en absoluto hermetismo, incluso para los periodistas acreditados en esa sede.
De todos modos, funcionarios argentinos dejaron trascender en la prensa local que su delegación habría pedido establecer plazos y límites a las negociaciones para evitar su dilación y eventual fracaso.
Esto mismo recomendó, el domingo, el jefe de la División para América Latina y el Caribe de la Cancillería israelí, Itzhak Shoham, en declaraciones exclusivas a la Agencia Judía de Noticias (AJN): “La Argentina tiene que poner plazos y no permitir que Irán cambie de tema; si hay una propuesta, saber de qué se trata, y si no la hay, nada deberían tener para hablar”, sino “terminar las negociaciones”.
Israel espera “que la Argentina no caiga en el juego de Irán, teniendo en cuenta su atentado a la Embajada de Israel, viendo su comportamiento en los últimos años en foros internacionales y las negociaciones con la Agencia Internacional de Energía Atómica y cómo miente y posterga o cancela encuentros”, agregó.
En el encuentro debía acordarse un “marco jurídico” para el tratamiento de la causa judicial entre ambos y tras las debidas consultas con sus gobiernos volverían a reunirse en Ginebra, e incluso algunos medios evaluaron que esa nueva reunión se realizaría hoy mismo.
Por la Argentina participaron la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el vicecanciller, Eduardo Zuain; y la directora legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerruti.
El atentado a la AMIA provocó 85 muertos y centenares de heridos el 18 de julio de 1994 y fue el segundo de su tipo en Buenos Aires, ya que el 17 de marzo de 1992 fue atacada la Embajada de Israel, con un saldo de 29 víctimas fatales y cientos de otros damnificados.
La Justicia argentina imputó ambos hechos a Irán, como ideólogo, y a la organización terrorista Hezbollah, como ejecutora.
Esta serie de encuentros fue propuesta por Teherán y aceptada por la Presidenta argentina en su último discurso ante la Asamblea General de la ONU, el día anterior.
En 2006, la Justicia libró órdenes de captura internacional contra los iraníes Ahmad Vahidi, actual ministro de Defensa; Alí Fallahijan, ex ministro de Información; el candidato presidencial Mohsen Rezai, ex titular de la Fuerza Al-Quds de la Guardia Revolucionaria; Moshen Rabbani, ex agregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires; Ahmad Reza Ashgari, ex diplomático en esa legación; Hadi Soleimanpour, entonces embajador y hoy viceministro de Relaciones Exteriores para Asuntos Africanos; Alí Akbar Rafsanjani, ex presidente; Alí Akbar Velayati, ex canciller; y el libanés Imad Fayez Mughniyah, presuntamente asesinado en un atentado.
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