A 17 días de las elecciones en la DAIA, la campaña proselitista se ve cruzada por la política nacional, con acciones, decisiones y personas que buscan convertir los comicios del 5 de noviembre en una suerte de plebiscito respecto de un supuesto y eventual alineamiento de la comunidad judeoargentina, a través de su máxima institución, a favor o en contra de determinados gobiernos e intereses.
La entidad fue históricamente controlada por Avodá hasta 1991, cuando se impuso Rubén Beraja. A partir de allí, y salvo la breve conducción de Gilbert Lewi, que se vio acotada por problemas de salud que finalmente le costaron la vida, las cadencias posteriores fueron rotuladas -generalmente – como “berajistas” por sus detractores y ciertos sectores de la prensa.
Hoy la discusión no necesariamente radica en este punto, sino que se ha dado un paso más allá, quizá por primera vez desde la tristemente recordada creación de la pro peronista Organización Israelita Argentina (OIA): desde diversos sectores políticos y mediáticos se pretende que la elección sea a favor o en contra del gobierno nacional o del PRO, la fuerza política que dirige la Capital Federal, la Ciudad de Buenos Aires.
Para contextualizar la situación hay que ser taxativos: en este momento, el gobierno nacional cortó virtualmente toda relación con la comunidad judeoargentina y sus máximas instituciones representativas, la DAIA y la AMIA.
En el caso de la primera, que es el objeto de esta nota, ello se produjo el año pasado, en ocasión del debate de la 66ª sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, después que el actual titular de la DAIA, Aldo Donzis, le recriminó a la Presidenta no reconocer a un inexistente Estado palestino, no acceder a un diálogo con Irán (esto fue el año pasado, se reitera) y no quedarse en el recinto para escuchar a su mandatario, Mahmoud Ahmadinejad.
Salvo encuentros casuales o alguna reunión estrictamente protocolar, hasta ahora no hubo más contactos entre el gobierno y la DAIA.
La postulación a la presidencia de esta entidad de Julio Schlosser, actual vicepresidente 3º y entonces secretario general de la AMIA, era vista por la Casa Rosada -y también por vastos sectores comunitarios- como la posibilidad de recomponer los vínculos, sobre todo teniendo en cuenta su claro y reconocido perfil dialoguista y componedor.
Independientemente de lo que pudiera suceder en los comicios en la AMIA, en abril próximo, era de esperar que el ex titular de Benei Tikvá también ayudara a restablecer el diálogo oficial con la “institución madre”.
Su entonces rival, Waldo Wolff, titular de FACCMA, era un desconocido para el gobierno, pero su alianza con Schlosser no sólo garantizaba que no hubiera elecciones más que en lo formal, sino también la concreción de esa recomposición, buscada por ambas partes, aun con los debidos recelos que ello podía generar en la comunidad.
Pero esta fusión dejó varios “heridos”, que terminaron de conformar una lista alternativa liderada por alguien a quien se venía sondeando desde hacía un año: Claudio Avruj.
Éste fue director ejecutivo de la DAIA durante más de una década, cargo que abandonó en 2007 para sumarse al gobierno porteño, primero como director de Relaciones Institucionales y luego como subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, puesto en el cual está actualmente de licencia para dedicarse a su candidatura.
Habida cuenta el enfrentamiento entre los gobiernos nacional y porteño, este último encabezado por el partido PRO, de Mauricio Macri, las aguas proselitistas terminaron por delinearse y esa disputa tomó nombres y apellidos, a pesar de la voluntad de los involucrados: Avruj “es” PRO y Schlosser-Wolff “quedan” como K. Se reitera: les guste o no, así son vistas las cosas fuera de la comunidad, en los ámbitos tanto políticos como periodísticos.
Respecto a estos últimos, corresponde destacar que esa visión no es reflejada por la gran mayoría de los medios -sobre todo los más grandes-, sino por los oficialistas del cristinismo.
Más allá de algún desafortunado desliz, los “cañones” del Nuevo Modelo Comunitario (NMC) apuntaron contra la supuesta pertenencia política de Avruj y su pasado como funcionario.
En el primer caso, lo acusan de ser un virtual representante de Macri que cooptaría la DAIA para los intereses partidarios del PRO y rechazan todo eventual alineamiento de la entidad con cualquier fuerza política.
Avruj se defiende diciendo que fue designado por su desempeño profesional en la propia DAIA y que nunca se afilió al PRO.
Por otra parte, desde el NMC defienden el perfil del dirigente voluntario y rechazan la reconversión de un ex funcionario aunque Avruj muestre un curriculum con 36 años de activismo voluntario.
Del otro lado, si bien se empeñan en desmentirlo y presentarse como independientes y prescindentes de la política nacional, es indiscutible que Schlosser-Wolff son los preferidos de la Casa Rosada.. La pregunta es qué y cuánto costará este “favor” (aunque no lo hayan pedido) y cómo se les cobrará -y a la comunidad- en caso de ser elegidos para conducir la institución judía más sensible y políticamente visible.
En este sentido, Avruj y la gente que lo acompaña tienen más roce con la “alta política” que sus rivales, excepto Julio Schlosser por el NMC.
Pero el gobierno nacional no se contentó con ese apoyo velado, o no tanto, y sumó una muy fuerte y polémica jugada política: designó al actual director ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, como representante especial -ad honorem mientras esté en la entidad comunitaria- ante la ITF (sigla en inglés del Grupo de Trabajo para la Cooperación Internacional por la Rememoración, Investigación y Educación en materia de Shoá), lo cual abre varios interrogantes: ¿ambas funciones son compatibles?, ¿qué pasaría si la DAIA no estuviese de acuerdo con alguna posición o decisión del gobierno en esta materia, o en cualquier otra?, ¿cómo haría el propio Elbaum para no quedar incómodamente en el medio?
Es claro que éste no seguiría en la DAIA si gana Avruj, así que las respuestas debería darlas Schlosser y su gente, si es que no lo hace esta cadencia, algunos trascendidos en la últimas horas indicarían que Elbaum de cualquier modo dejaría la DAIA.
En este contexto, Elbaum denunció ayer, jueves, que le “hackearon” su casilla de correo “y desde ella se han enviado cartas injuriosas” para con Donzis, “que nada tienen de veracidad”.
El funcionario lo consideró una “bajeza” atribuible a “una probable operación en el marco de la actual campaña electoral”, si bien no conjeturó acerca de quién estaría detrás de la misma, así que los lectores podrán aventurar hipótesis.
Entretanto, ambas listas eligen estrategias casi opuestas: el “Nuevo Modelo Comunitario” es mediáticamente muy activo, mientras que la gente de Avruj -como era previsible- trata de eludir todo debate o referencia a la política nacional y se maneja con un “silencio de radio”, al punto de -hasta ahora- rechazar las invitaciones a hacer declaraciones formuladas por la Agencia Judía de Noticias.
Por el contrario, cabe destacar que, a diferencia del “Nuevo Modelo Comunitario”, Avruj y su gente dieron una conferencia de prensa y respondieron -a su modo- todas las preguntas de los periodistas comunitarios presentes.
Último momento: Renunció Salamon
Al cierre de esta edición se confirmó una información que venía circulando desde ayer: Jaime Salamon renunció a su candidatura a tesorero de la DAIA por la lista de Avruj.
Este hecho genera numerosos interrogantes, que quizá no puedan ser respondidos antes de Shabat.
El primero tiene que ver con los motivos, y en este punto es ineludible pensar que el dirigente proviene de Tucumán, una provincia gobernada por un judío ultrakirchnerista, José Alperovich, cuya esposa, Beatriz Rojkés, es la titular provisional del Senado Nacional y segunda en la línea sucesoria de la Presidenta otra posibilidad es que no haya contado con los votos necesarios del interior lo que lo llevó a la renuncia.
Estas hipótesis estarían en un todo en línea con el tema fundamental de esta nota.
Las otras preguntas tienen que ver con cómo afectará esto a Avruj y su gente, ya que Salamon era “la pata del Interior” en el Ejecutivo y podría haber sido la primera vez que un provinciano ocupara tan alto cargo en la DAIA.
Además, era su esperanza de conseguir los votos del Consejo Federal, integrado por las filiales.
Por otra parte, también habrá que ver qué decisión toma el Consejo Directivo, que según fuentes de la DAIA podría proponerle a Avruj que lo reemplace por otro postulante, reducir el tándem a sólo tres personas (¿ello consagraría a Mario Comisarenco como tesorero, a falta de rival?) o… ¡anular la candidatura de Avruj-Boris Kalnicki-Enrique Chirom, tras la defección del cuarto integrante!