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Una red terrorista, formada por activistas radicales islámicos que se identifican con Al-Qaeda, es la responsable de la mayoría de los atentados que se perpetraron en el último año en la frontera con Egipto. Así afirma el último análisis de la inteligencia israelí.
Aunque la sede de esa organización se encuentra en el Sinaí, la mayor parte de los terroristas que la conforman son ciudadanos egipcios que no residen en la zona. La prensa egipcia informó en los últimos días que dos de los autores del último atentado, en el que murió el soldado israelí, Netanel Yahalomi, eran estudiantes de la zona del Delta, en Egipto, y no beduinos como se creía.
Según los mismo informes, uno de los dos terroristas que fallecieron y fueron identificados (el tercero que falleció portaba en su cuerpo un cinturón de explosivos y por ende fue imposible identificarlo) pertenecía a los Hermanos Musulmanes, y el segundo se había unido al Movimiento Salafista. Según trascendió, salieron un mes antes del ataque de sus casa y en sus familias creían que había viajado a Siria para apoyar a los movimientos opositores.
El nombre de la organización que está detrás de los últimos atentados es “Ansar Beit al Maqdas”. Esa organización está principalmente compuesta por beduinos de la zona del Sinaí. La organización es responsable de ataques como el ocurrido el año pasado en Ein Nefatim, así como del ataque que dejó como saldo 16 policías egipcios muertos. En esa misma ocasión robaron vehículos blindados y cruzaron hacia territorio israelí.
Además el informe destacó que las relaciones entre Ansar Beit al Maqdas y las organizaciones terroristas de Gaza se están debilitando en el último tiempo.