Un tribunal israelí ha condenado a cinco cadenas perpetuas y 40 años de prisión al diputado palestino y jefe de Al Fatah en Cisjordania, Maruán Barguti, declarado culpable de la muerte de cinco israelíes. Su abogado ha anunciado que no apelará.
El pasado mes de mayo el tribunal le declaró culpable de planificar y ordenar tres ataques de milicianos de las «Brigadas de los Mártires de Al-Aksa», vinculadas a Al Fatah, por «asociación ilícita a una organización terrorista y su vinculación en actividades terroristas».
En la sentencia de acusación, el tribunal dictaminó que Barguti fue directamente responsable -y él lo admitió- de un ataque contra una gasolinera en el asentamiento judío de Guivat Zeev, al norte de Jerusalén y en el cual perdió la vida una mujer israelí, cometido en represalia por el asesinato de un jefe del brazo armado (Tanzim) de Al Fatah, Raed Carmi.
Los magistrados también afirmaron en su fallo que el dirigente palestino ordenó un ataque en el cual murió por disparos de militantes de Al Fatah un monje griego cuando iba en un coche de Jerusalén a la localidad israelí de Maalé Adumim.
Asimismo, Barguti aprobó un ataque en el restaurante Seefood de Tel Aviv, perpetrado por un militante armado de los «Tanzim», y otro con un coche-bomba en Jerusalén, según el dictamen.
Barguti, de 45 años, ha rechazado siempre la legitimidad del tribunal. Fue detenido en abril de 2002 por una unidad de elite del Ejército y transferido por las autoridades militares a la jurisdicción civil, es secretario general de Al Fatah en Cisjordania y en diversos círculos se le considera como el «sucesor» del presidente palestino, Yasir Arafat. Es el más alto dirigente palestino juzgado por Israel desde el inicio de la Intifada, a finales de septiembre de 2000.
Antes de escuchar su sentencia de hoy, Barguti pronunció un discurso político en árabe, en el que aseguró que los jueces cooperaban con la ocupación y que eran «tan malos» como los pilotos de la Fuerza Aérea israelí que lanzaban bombas contra niños.
Las declaraciones del acusado desataron un gran alboroto en la sala del tribunal y los jueces fueron incapaces de leer la sentencia completa.
La mujer del inculpado, Fadua Barguti, ha denunciado que las autoridades israelíes no le han permitido trasladarse desde la ciudad cisjordana de Ramala hasta Tel Aviv para escuchar la condena del tribunal.
Tras conocer la noticia, ha declarado que el fallo «es el resultado de una corte de ocupación que desempeña el papel de ser la herramienta de los ocupantes».
El ministro palestino encargado de las Negociaciones, Saeb Erekat, ha asegurado que la carece «de validez alguna», porque en su opinión, «la corte israelí no tiene jurisdicción sobre un funcionario palestino elegido como Barguti, o cualquier otro que esté en prisión en estos momentos», y ha exigido su inmediata liberación.
Fte El Mundo