por LARRY ROHTER
Publicado: 30 de mayo de 2004
BUENOS AIRES, 28 de mayo – A pocas semanas del 10° aniversario de un mortífero ataque terrorista a un centro de la comunidad en esta ciudad, la resolución de la causa parece más difícil que nunca. El juicio contra los acusados de proveer el vehículo usado en el atentado está en peligro de colapsar, y los grupos que representan a los judíos argentinos y a los familiares de las 85 personas que allí perecieron están en desacuerdo entre sí.
Hasta la fecha, el atentado a la sede de la asociación comunitaria, la Asociación Mutual Israelita Argentina, conocida por su sigla en castellano AMIA, sigue siendo el incidente antisemita más sangriento desde la 2ª. Guerra Mundial. Además de los muertos, casi 300 personas resultaron heridas.
Como resultado de una prolongada y deficiente investigación, el gobierno argentino culpó a Irán de la organización del atentado. El gobierno no tuvo éxito al tratar de extraditar a los funcionarios acusados, por lo que se concentró en lo que se conoce como la «conexión local».
Casi una veintena de oficiales de policía y ladrones de autos acusados de haber provisto el vehículo usado para volar el centro, fueron llevados a juicio en septiembre de 2001, ante tres jueces pero sin jurado. El juicio sigue su curso, y algunos de los involucrados en la causa sostienen que se ha convertido en el juicio más largo de la historia argentina. No es posible que se arribe a un veredicto antes del 18 de julio, aniversario del atentado.
Sin embargo el escenario legal comenzó a cambiar algunos meses atrás cuando el magistrado a cargo de la investigación, Juan José Galeano, fue removido porque aprobó un pago de $ 400.000 efectuado por la inteligencia de estado a fines de la década del 90 a un importante testigo de la causa. Una vez efectuada la transferencia de fondos, el testigo efectuó declaraciones que incriminaron a oficiales de la policía de la provincia de Buenos Aires en el robo y venta del vehículo usado para volar el centro judío.
«Esta situación de un testigo pagado debilitó nuestra acusación y planteó un nuevo enfoque de la causa desde otra perspectiva, » dijo Abraham Kaul, presidente de AMIA, en una entrevista el miércoles. «La línea que han seguido los jueces hasta el momento es que ésto se podría tomar como argumento para declarar nulo el proceso.»
Algunos grupos judíos locales siempre han sido escépticos respecto de la versión de los hechos que instala a los oficiales de la policía en el centro de la causa. Están de acuerdo con una nueva investigación, más integral, aduciendo que el gobierno de entonces, bajo el presidente Carlos Saúl Menem, ignoró deliberadamente muchas pistas prometedoras que podrían haber implicado al aparato de inteligencia del Estado o grupos que apoyaban al presidente. «No es lo mismo investigar 10 años después del hecho que una semana después del mismo, si bien siguen existiendo muchas pistas valiosas,» dijo Pablo Jacoby, abogado de Memoria Activa, uno de los dos grupos principales que representa a los sobrevivientes del atentado y familiares de las víctimas. «Mi problema siempre ha sido que se investigó todo lo relacionado con la policía, y no lo relacionado con la inteligencia de estado. Eso no es una hipótesis – es un prejuicio.»
Con la remoción del Juez Galeano, que enfrenta una audiencia formal que podría llevar a su destitución, se transfirió la etapa de investigación de la causa a otro juez, Rodolfo Canicoba Corral. Se esperan demoras adicionales porque éste está a cargo de muchas otras causas importantes y cuenta con poco personal de apoyo para ocuparse de la investigación.
«Olviden a Canicoba Corral,» dijo un funcionario extranjero que ha estado siguiendo la causa. » Todo es nuevo para él, y tiene una cantidad de otras cosas en su registro de sumarios de causas.»
El mes pasado, también se removió a los dos fiscales principales que habían trabajado en la causa casi desde su inicio. Se dijo que también ellos habrían estado al tanto del pago irregular, originalmente descripto como la venta de derechos para un libro por parte del testigo, Carlos Telleldin. En tanto que el Sr. Jacoby, abogado de Memoria Activa, minimizó la importancia del movimiento, algunos otros grupos judíos quedaron tan alterados que sus abogados dejaron de concurrir al juicio.
La remoción de los fiscales significa un cercenamiento de la parte principal de la acusación,» dijo Jorge Kirszenbaum, presidente en ejercicio de un grupo, conocido por la sigla DAIA, Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, el brazo político de la comunidad judía organizada en Argentina. «Los trámites en curso apuntan más a una investigación de la investigación que a una investigación de los actos terroristas cometidos.»
La remoción del juez y los fiscales provino de la decisión del Presidente Néstor Kirchner poco después de asumir hace más de un año, de abrir los archivos de la agencia de inteligencia del Estado y la Policía Federal a los investigadores judiciales. También ordenó a agentes del organismo de inteligencia que prestaran testimonio en el juicio, siendo justamente dicho testimonio el que acusó al juez de participar en el pago y a los fiscales de estar al tanto del mismo.
Los esfuerzos del Sr. Kirchner de abrir la causa llevaron al Comité Judío Americano a honrarlo con una invitación como orador en su cena anual en Washington a comienzos de este mes. Sin embargo, en una acción que irritó a otros grupos judíos, el Sr. Kirszenbaum y otro dirigente de DAIA criticaron públicamente la idea de un reconocimiento al Presidente Kirchner.
«Tenemos a Néstor Kirchner en alta estima, pero creemos que aún no es hora de tal reconocimiento,» dijo el Sr. Kirszenbaum esta semana, defendiendo todavía su posición. «No tenemos siquiera un veredicto en el juicio ni una investigación completa respecto de quién fue responsable por el atentado.»
Sin embargo otros grupos judíos señalan que el Sr. Kirszenbaum y su grupo se opusieron a la decisión del Presidente de ordenar a los agentes de inteligencia revelar «secretos de Estado» en el tribunal, y acusan a su grupo de haber estado demasiado cerca del gobierno de Menem. Sostienen que al declarar en su discurso en Washington que «constituye una tremenda vergüenza que hayan pasado diez años» y expresar su compromiso a «encontrar la verdad histórica», el Sr. Kirchner ha emitido señales que indican que su actitud difiere notablemente de las de sus predecesores.
«Kirchner es el presidente que ha demostrado mayor compromiso hacia lograr el esclarecimiento del atentado y ha hecho el mayor avance,» dijo en una entrevista Sergio Widder, representante para Sudamérica del Centro Simón Wiesenthal, una organización judía de derechos humanos. «Esto no significa que debamos darle un cheque en blanco, pero sí reconocer lo que ha hecho.»
Traducción: Lidia Wassertheil