El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel está interesado en la expansión del plan de "deportación consensual", mediante el cual los infiltrados africanos firman un documento para aceptar las deportaciones de Israel.
Según el informe, el primer ministro Benjamin Netanyahu pidió al Mossad, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio del Interior para lanzar soluciones creativas para la deportación de decenas de miles de infiltrados ilegales,
El Ministerio de Relaciones Exteriores propuso ofrecer a los inmigrantes africanos cursos de formación profesional y dar a cada uno de ellos 500 shekalim antes de su deportación de Israel.
Los funcionarios del Ministerio afirmaron que sería posible especialmente después de la declaración de independencia en el sur de Sudán, ya que un programa similar reguló durante los últimos dos años el proceso en el que se encontraban cientos de personas que recibieron capacitación agrícola, pero ahora el Ministerio está tratando de ampliar el programa, lo que requerirá un presupuesto mayor.
Netanyahu se espera que decida la aprobación de la propuesta el próximo domingo.
La iniciativa, se estima que tendrá en un costo adicional de 169 millones de dólares y aboga por el establecimiento de un centro de detención nuevo en el sur.
Como parte del plan se creó un nuevo protocolo para la deportación, donde el gobierno ya ha invertido 400 millones de dólares.
Los ministerios tendrán que recortar sus presupuestos en un 2 por ciento0 para financiar el plan.
Israel estima que el Ministerio de Defensa contribuya la mitad de los 67 millones de dólares necesarios para construir el centro de detención cerca de la frontera sur.
Hace dos semanas, Netanyahu visitó la ciudad sureña de Eilat y se reunió con los refugiados y los infiltrados.
"Hay una enorme ola de infiltrados ilegales de África. Ellos no son refugiados", dijo Netanyahu.
“El plan está diseñado para hacer frente al fenómeno de los ilegales que buscan empleo", dijeron de la oficina del Primer Ministro en un comunicado, subrayando que los refugiados seguirá siendo tratados de acuerdo con la ley.
Netanyahu dijo el martes pasado que "Israel es un país pequeño, no nos podemos permitir un flujo de ilegales en busca de empleo. Es una amenaza para nuestra sociedad, nuestra economía y nuestra seguridad".
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