La presentación del “Informe sobre Antisemitismo en Argentina 2010”, del Centro de Estudios Sociales (CES) de la DAIA, en la Sala de Representantes de la Manzana de las Luces, fue efectuada por un muy variado panel integrado por Aldo Donzis y Jorge Elbaum, presidente y director ejecutivo de la entidad, respectivamente; Marisa Braylan, directora del área y compiladora del informe; Néstor Cohen, investigador del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires; David Smith, director del Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay; el juez federal Daniel Rafecas y Fabiana Túñez, presidenta de la Asociación Civil “La Casa del Encuentro”, mientras que Fabián Galante, secretario general de la DAIA, condujo el acto y aportó datos obtenidos en la encuesta de discriminación y antisemitismo en la Argentina 2010.
Sin lugar a dudas que la gran expectativa estaba dada por la difusión de los resultados de este último estudio, realizado por el Instituto Gino Germani y auspiciado por la DAIA y la Anti-Defamation League de los Estados Unidos.
Este trabajo de investigación recogió la respuesta de 1.510 hombres y mujeres, de 18 a 65 años de edad, del Área Metropolitana (Ciudad de Buenos Aires y localidades del Gran Buenos Aires) y siete ciudades del interior de la Argentina -Rosario, Córdoba, Mendoza, Corrientes, Resistencia, Tucumán y Neuquén-, a una batería de preguntas especialmente elaboradas.
Algunos de esos datos fueron: el 82 por ciento de los entrevistados considera que a los judíos sólo les interesa hacer buenos negocios, el 65 por ciento opina que tienen gran poder en los mercados financieros, casi la mitad cree que son más leales a Israel que a la Argentina y que hablan demasiado sobre la Shoá, menos de la cuarta parte aún los individualiza como deicidas, el 55 por ciento manifestó que influyeron poco o nada a la conformación de la identidad nacional y tres de cada diez expresaron que no vivirían en un barrio con gran cantidad de vecinos judíos.
Donzis aseguró que “la lucha contra todo tipo de discriminación, entre las que se encuentra el antisemitismo, se debe realizar mediante la docencia, pues en gran medida se debe a la ignorancia”.
“En la Argentina pensamos que no hay discriminación, lo cual no es cierto pues ésta existe hasta en el lenguaje que utilizamos”, agregó.
El presidente de la DAIA cuestionó que “mientras que a nadie se le ocurriría criticar a un español o un italiano por su identificación con España e Italia, respectivamente, se lo hace con el judío por la relación que mantiene con el Estado de Israel”.
En tanto, Rafecas, autor del prólogo del libro, afirmó que ”el informe hay que ponerlo en el contexto del país, sin olvidarse que Occidente, hace 70 años, generó la Shoá, que en la Argentina existió un terrorismo de Estado con un marcado antisemitismo y dos atentados”
“Todo acto discriminatorio -en especial, el antisemita- tiene la potencialidad de convertirse en agresión debido a que no se ve al discriminado como un igual, por lo cual se puede llegar a su negación y, finalmente, eliminación”, explicó el magistrado.
A su turno, Cohen, quien tuvo a su cargo las tareas interpretativas de la encuesta, contó que en el Instituto Geno Gemani vienen “trabajando en los casos de discriminación no desde la víctima, sino desde el victimario, estudiando la visión que se tiene de lo judío, adentrándonos en el escenario”.
De todos modos, aclaró que los resultados del estudio no permiten decir que la Argentina es un país antisemita.
Por su parte, Braylan se refirió específicamente al “Informe sobre Antisemitismo en Argentina 2010” y subrayó cómo el aumento o disminución de los actos judeofóbicos se relaciona directamente con lo que ocurre con Israel.
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