Con el simbólico nombre de «Primavera Amarilla» la policía israelí movilizará más de 2.000 agentes para custodiar la competición, además de 600 voluntarios y vigilantes privados que seguirán a los aficionados y jugadores las veinticuatro horas.
Guil Kleiman, portavoz de la Policía israelí, la vigilancia «es permanente, tanto en el hotel como en los partidos, desplazamientos y entrenamientos».
El comisario jefe del distrito, Yosi Sedbón, manifestó que «se trata de un acontecimiento oficial. De ahí que la presencia policial en Tel Aviv y los alrededores».
El tráfico vehicular por la zona será restringido durante los partidos y las horas previas.
Además, un número indeterminado de agentes de «civil» se entremezclará con los aficionados en las gradas que, en todo momento, estarán vigiladas por un sistema de televisión por circuito cerrado.
En total, unos 1.500 aficionados del CSKA de Moscú y unos 300 de los italianos Montepaschi Siena y el Skipper Bolonia, llegaron a Tel Aviv, amén de las decenas de miles del Macabi que juega esta fase final en casa.
Para ahorrar esfuerzos, las autoridades israelíes concentraron todos los equipos en un mismo hotel, el Hilton Tel Aviv, que por su ubicación junto a la playa permitió a la Policía acordonar toda la zona. «Nunca hasta ahora un acontecimiento deportivo en Israel fue blanco de atentados terroristas, pero también es cierto que nunca habíamos realizado una operación de estas características», concluyó el portavoz policial.
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