La festividad de Pésaj, que por razones históricas y teológicas judíos y cristianos festejamos en un mismo tiempo, tiene un denominador común y es el concepto de Redención.
El mismo aparece como uno de los ejes centrales de los libros de los profetas, en la tradición judía, y es un elemento fundamental, sobre el cual se formó el cristianismo, teniendo sus raíces en el judaísmo.
El concepto de Redención guarda dentro de sí la esperanza y la firme convicción de que es posible conformar un mundo de paz, de justicia, de entendimiento y de hermandad entre todos los pueblos, entre todas las naciones y entre todas las familias que componemos la humanidad.
Es el desafío que la tradición cristiana tomó de la tradición judía y que ambas anteponen a la humanidad como una meta para la cual deben dedicarse los mejores esfuerzos y los mejores trabajos espirituales porque es la esencia de la vida del hombre, aquello que le da dignidad a lo humano.
Es el gran desafío por conformar una humanidad como la avizoró Isaías, en la cual las espadas son trocadas en hojas de arado y nadie se ejercita más para la guerra, y con la venida de cada Pésaj, de cada Pascua, ese desafío es puesto en la vida en estos días tan especiales.
Por ello, contemplando a nuestros hermanos cristianos que con devoción festejan la Pascua es que les deseamos que el espíritu de la misma pueda recrear sus acciones, sus sentimientos, sus compromisos para que todos juntos podamos influenciar lo mejor que cada uno de nosotros tenemos en la concreción de un mundo en el cual el concepto de fe no resulte extraño, en el cual la creencia en un Ser totalmente espiritual no resulte extraña y en el cual el sentimiento de servir a lo espiritual, a lo más excelso de lo humano, habrá de tener cabida en cada una de nuestras acciones; un mundo en el cual la dignidad humana no sea meramente una expresión declaratoria, sino la respuesta que le sabe dar el hombre a su Creador, diciéndole: “Has tomado un desafío al hacer un hombre con libre albedrío, insuflando en él una chispa de tu divinidad, y ante ese desafío respondemos al unísono todos, a través de nuestras distintas tradiciones: ‘Henos aquí’”.
* Rabino de la comunidad Benei Tikvá y rector del Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer”.