Ante las encuestas de ayer de «Yediot», el prestigioso comentarista de dicho diario Sever Plotzker se pregunta si un estadista puede continuar gobernando hasta el final de la legislatura (en el 2007) sabiendo que casi dos tercios de la población no confían en él. Plotzker recuerda que sólo hace 7 meses un 70% de la opinión pública estaba satisfecha con la labor del primer ministro.
La situación parece no afectar significativamente el mapa político israelí. El partido de Sharon, el Likud, perdería un 10% de su electorado, según «Yediot», bajando de 40 a 36 escaños, pero seguiría siendo la principal fuerza del Parlamento. El laborismo se mantiene muy lejos, pero subiría de 19 a 21 diputados.
Según pudo saber «La Vanguardia», los resultados de las encuestas preocupan mucho a Sharon y a sus colaboradores, pero no tanto al Likud como partido.
De no producirse un cambio dramático, el reemplazante de Sharon sería de su partido. Según «Yediot», el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, es, por primera vez, el candidato más popular apoyado por un 30% de los israelíes. Sin embargo, según la legislatura actual, no puede ser primer ministro mientras no sea diputado de la Kneset. En ese caso, el único sucesor significativo sería el ministro de Finanzas y ex primer ministro de Israel, Beniamin Netanyahu (26%).