«Ante vosotros, y en nombre de los combatientes islámicos, os anuncio que si Samir Kantar no es liberado, tomaremos prisioneros israelíes vivos», ha dicho Nasralah a una enfervorecida multitud que ha recibido con flores, arroz y perfume a los prisioneros puestos en libertad por Israel.
«Los dirigentes israelíes son estúpidos, se arrepentirán de no haber liberado a Kantar», apresado por Israel en 1979.
Entre los liberados por Israel destacan las figuras del jeque Abdel Karim Obeid y Mustafa Dirani, capturados en 1986 y 1994 -respectivamente- por Israel con la esperanza de conocer el paradero del piloto Ron Arad, que se lanzó en paracaídas desde su avión de combate sobre el Líbano en 1986 y fue visto por última vez con vida en 1987.
El destino de Arad, de quien ni siquiera se sabe si está vivo o muerto, era, hasta la fecha, el principal escollo para el intercambio de prisioneros.
Arad se ha convertido en un icono nacional y su familia organizó una campaña pública contra el intercambio de presoso, además de acusar a Ariel Sharon, que fue su general, de abandonar a un soldado en el campo de batalla.