Con la salida de la primera estrella de hoy, miércoles, el mundo judío comenzará a celebrar Sucot, la “Fiesta de las cabañas”. Esta festividad se celebra durante 7 días en Israel y 8 en
Sucot es una de las principales festividades del judaísmo, y al igual que Pésaj y Shavuot conforma los Shlóshet harregalim, el trío de peregrinaciones que se acostumbraban a hacer al Templo de Jerusalem.
Son no laborables el primero y el último día en Israel, y los dos primeros y los dos últimos en el resto del mundo, mientras que las jornadas intermedias son festivas, pero se puede trabajar, siendo la última conocida como Hoshaná Rabá.
Sucot finaliza con las no laborables Shminí Atzéret y Simjat Torá, que en
Los días que no se trabaja tienen las mismas restricciones que Shabat, con la diferencia de que está permitido cocinar y cargar.
Las primeras noches de Sucot es una mitzvá (precepto) comer en la sucá, una cabaña que debe tener un mínimo de 3 paredes, ser firme y poseer un techo frondoso de ramas o juncos, pero que permita ver el cielo. Incluso existe una brajá (bendición) especial para ese momento.
Puede vivirse o comerse en la sucá hasta la tarde de Shminí Atzéret.
Otra característica de esta festividad son las Arbaat haminim (cuatro especies): lulav (hoja de palmera), etrog (citrón, especie de lima o limón más grande), hadás (ramas de mirto) y aravá (hojas de sauce), que tienen una bendición alusiva, la cual debe recitarse (excepto Shabat) teniéndolas juntas en las manos -como símbolo de la unión del Pueblo de Israel- y sacudiéndolas suavemente hacia arriba y abajo y hacia los cuatro puntos cardinales.
Se entiende que las cuatro especies representan a los cuatro tipos existentes de judíos: el etrog posee sabor y fragancia, y es como los estudiosos de
Como las otras festividades “bíblicas”, está emparentada con el ciclo agrícola; en este caso, la cosecha.
Otra costumbre es hacer un festejo con música y bailes durante las noches intermedias: Simjat Beit Hashoevá, que conmemora el sacrificio anual de agua que se llevaba al Templo en un ambiente festivo.
De hecho, estar alegre en Sucot es un precepto y refleja la confianza del pueblo judío en que el Creador lo protege, así como lo hizo en el desierto.