Fue parte de una jornada clave en la gira por la región que realiza el jefe de la diplomacia estadounidense, quien se reunió con el premier israelí, Ariel Sharon, en Jerusalén antes de acudir a Jericó (Cisjordania), donde sostuvo por primera vez una entrevista con el premier ministro palestino, Mahmud Abbas.
Contrariamente a su anterior y fracasada visita de un año atrás, cuando debió retornar a Washington con las manos vacías, en esta oportunidad quedó claro que Sharon y Abbas recibieron de antemano el guión que Powell —como representante personal del presidente George Bush— iba a seguir. Acordaron así una lista de «alivios» israelíes a la presión militar y civil sobre los palestinos en la Cisjordania y Gaza, y un renovado compromiso público de Abbas de combatir el terrorismo y recorrer «sin dudas» el mapa de caminos hacia la paz u «Hoja de ruta».
En la conferencia de prensa junto a Sharon, Powell senaló su satisfacción por la lista de medidas de alivio que había ordenado el premier israelí en favor de los palestinos: permiso de entrada a 25 mil trabajadores y cientos de comerciantes y hombres de negocios palestinos al territorio israelí, levantamiento del «cierre» general a la Cisjordania y Gaza y liberación de 200 presos administrativos, algunos detenidos por meses o años sin juicio.
«Hay suficiente buena voluntad y consenso como para empezar», dijo Powell en respuesta a una pregunta sobre cómo calibraba las objeciones —especialmente, las israelíes— que registró en su visita al plan de paz.
En su diálogo con Sharon, Powell aludió al tema de los más de 100 asentamientos israelíes ilegales en la Cisjordania y Gaza, pero aclaró que el tema continuaría su tratamiento en la entrevista que mantendrá Sharon con Bush en la Casa Blanca en menos de dos semanas.
Abshalom Vilan, diputado por el frente de Izquierda israelí Meretz, comentó a Clarín que había llamado a Sharon a realizar una tregua de por lo menos varias semanas en la política de «eliminaciones», destrucción de edificios y acciones militares en territorio palestino, para darle tiempo al premier Abbas a organizarse.
«Sharon tiene la oportunidad histórica de demostrar que puede ser tan valiente para hacer la paz como para para comandar a soldados en la guerra. Lamentablemente, temo que Sharon no tiene la capacidad para cambiar, y sólo la presión de los EE.UU. podrá convencerlo de hacer lo que la lógica no logró hasta hoy», dijo Vilan, que en el pasado sirvió como oficial en los comandos especiales que intervenían en la «eliminación» de palestinos a los que Israel considera «terroristas».
«Hemos aceptado el plan», dijo el premier palestino Abbas durante una conferencia de prensa conjunta con Powell en Jericó. Fue su primer encuentro con el enviado de Bush desde que asumió su puesto, el 30 de abril.
«A fin de abrir el camino, hemos eliminado nuestras dudas» sobre el plan, dijo Abbas. Según anunció anoche la TV pública israelí, la primera entrevista oficial de Sharon con Abbas tendría lugar el viernes próximo.