El ganador de la competencia es seleccionado por una combinación de votación telefónica del público y jurados de las televisoras nacionales de los 42 países participantes. Veinticuatro cantantes y grupos competieron en la final.
Una canción escrita e interpretada por el bielorruso Alexander Rybak, en representación de Noruega, era fuerte favorita para arrebatarle la corona a Rusia, que ganó el año pasado.
Gran Bretaña, que tradicionalmente ha tenido buenos resultados en Eurovisión, no ha estado bien en años recientes, pero una campaña de diplomática musical del compositor Andrew Lloyd Webber, que escribió la representante del país este año, pudiera haber mejorado sus probabilidades y ha conseguido el improbable apoyo del primer ministro Vladimir Putin.
Los apostadores le estaban dando grandes probabilidades también a Grecia, que tiene una elaborada coreografía con un molino gigante, y Rusia, cuyo tema será cantado en ucraniano por Anastasia Prikhodko.
Israel tiene un llamado a la paz con la canción "Debe haber otra forma", cantada en hebreo, árabe e inglés por el dúo árabe-judío Noa y Mira.