También tendrá que aprobar cualquier nueva obra el ministro de Defensa, Ehud Barak, responsable ministerial en esa zona, según el contenido de la carta que hoy ha dado a conocer el diario Haaretz.
Olmert indica en su carta que la orden es consecuencia natural del anuncio que hizo el pasado 19 de noviembre en una reunión del Gabinete Nacional, celebrada días antes de la Conferencia de Paz de Annapolis, del 27 de ese mes, en Maryland, Estados Unidos.
Por medio de aquel anuncio, el jefe del Gobierno israelí dejó en claro que no se levantarán nuevos asentamientos judíos en Cisjordania, y que serán evacuados los enclaves ilegales creados por colonos radicales según la «Hoja de ruta» del Cuarteto de Madrid.
Una reciente licitación para la edificación de 307 nuevos apartamentos en el asentamiento de Har Jomá, en Jerusalén este, construido en parte de tierras palestinas expropiadas y en otras que son propiedad israelí, y otros 230 en el asentamiento-ciudad de Maalé Adumim, pusieron la semana pasada al borde del fracaso un nuevo intento para encarrilar las negociaciones de paz.
La nueva orden, explica Olmert en su carta, se refiere a toda nueva construcción, expansión, planificación, publicación de licitaciones y a expropiaciones de tierras en Cisjordania.
«Cualquier actividad de este tipo no prosperará ni se llevará a la práctica sin previa aprobación del ministro de Defensa y del primer ministro» del Gobierno, precisa la carta oficial.
Las negociaciones de paz estuvieron estancadas desde enero de 2001, y de hecho desde el comienzo del segundo levantamiento o «intifada» de los palestinos contra la ocupación israelí, que estalló a fines de setiembre de 2000, y se reanudaron este mes.
Uno de los objetivos finales del proceso de paz, alentado por la comunidad internacional, representada por el Cuarteto de Madrid -EEUU, la Unión Europea, Rusia y la ONU-, es la creación de un estado palestino en Cisjordania y Gaza junto al de Israel.
Olmert ha sido el primer jefe de un gobierno israelí que aceptó en forma clara y expresa negociar el establecimiento de un estado palestino, sus fronteras y, probablemente la instalación de su capital en la así llamada «Jerusalén árabe», o del este.
El compromiso de no autorizar nuevas construcciones en los asentamientos judíos, o la expropiación de tierras – la carta no aclara si se trata de las privadas o las públicas-, fue asumido por Olmert el jueves de la semana pasada y así se removió el obstáculo que impedía a los equipos palestino e israelí continuar con las negociaciones de paz, que se reanudaron el pasado 12 de diciembre.
Las reuniones del primer ministro israelí con el presidente palestino Mahmud Abás, según lo acordado por las partes, y entre sus representantes en las negociaciones, deben seguir en enero de 2008.