Las luchas internas en el Likud y el desmoronamiento del gobierno de coalición con los laboristas obligaron a un reticente Ariel Sharon a convocar elecciones en Israel.
Los comicios podrían arrojar sorpresas y cambiar el panorama político de Israel y tener consecuencias decisivas en el proceso de paz en Medio Oriente.
El actual ministro de Relaciones Exteriores, Benjamín Netanyahu, no ha ocultado su deseo de regresar a la jefatura del gobierno. Esto según los analistas, supondría un endurecimiento de la postura israelí con respecto al diálogo con los palestinos.
Además las elecciones se celebrarían en febrero y podrían coincidir con una acción militar de EE.UU. en Irak.