Una constelación similar tiene lugar en el Partido Laborista, en el que ninguno de los tres candidatos –Benjamín ben Eliezer, Amrám Mitzna y Haim Ramón– parece dispuesto a tirar la toalla ante sus respectivas primarias, al menos de momento.
La tensión entre Sharon y Netanyahu comenzó ya ayer miércoles por la noche, cuando ambos dirigentes se reunieron en la oficina del primer ministro para intentar consensuar una fecha para la celebración de las primarias.
Mientras que el primero quiere que éstas tengan lugar la próxima semana, Netanyahu pretende retrasarlas hasta principios de diciembre. De esta forma, pretende ganar tiempo para elevar su perfil frente al de su rival, que en estos momentos le adelanta claramente en las encuestas de opinión.
Después que aparentemente mantuvieran un diálogo de sordos durante dicho encuentro, los dos comenzaron a lanzar mensajes en dirección a sus respectivos electorados, tanto dentro del Likud cara a las inminente primarias, como a nivel de la ciudadanía, cara a las próximas elecciones generales, que tendrán lugar como muy pronto el 14 enero y como muy tarde el día 28 del mismo mes.
Tras cruzar múltiples acusaciones y reproches mutuos, según aseguraron fuentes próximas a la dirección del Likud, cada candidato tomó su propia iniciativa, dando comienzo a una campaña electoral que se presenta frenética, dada la premura de las fechas.
Fte E.Press