El diario «l’Orient-Le Jour», que cita fuentes diplomáticas anónimas, sostiene que el ataque con coche bomba contra el contingente español bajo bandera de la ONU en Líbano lo perpetró «un grupúsculo yihadí (que defiende la violencia para la instauración de un estado islámico) manipulado por Damasco y ayudado por actores locales».
El ataque responde a una política siria de «auto defensa» que se refleja en una estrategia agresiva para demostrar que el régimen de Bachar al Asad no está debilitado y que está determinado a golpear con fuerza, agrega la fuente.
Con el ataque, Siria quiere, supuestamente, mostrar a la comunidad internacional que no sólo tiene influencia en Líbano, sino también en Irak y Palestina y que cualquier solución pasa por ese país.
Asimismo, el diplomático citado por «l’Orient» mantiene que la elección del contingente español se debió a que durante un tiempo el grupo chií Hizbulá mantuvo relaciones tensas con los españoles, que después mejoraron.
Para él, Siria quiso enviar un mensaje al grupo chií para recordarle que el sur de Líbano no es un feudo exclusivo de Hizbulá y que Siria continúa siendo la clave en este territorio.
Por otra parte, la revista semanal Magazine, que cita también a un diplomático identificado únicamente como europeo, asegura que se estudia «seriamente» la posibilidad de que Israel haya estado implicado en el atentado contra la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (FINUL).
Según la fuente, el ataque responde a la intención de Israel de provocar una nueva guerra contra la milicia de Hizbulá para compensar las pérdidas de la guerra del pasado verano que enfrentó durante 34 días a Israel y a este grupo chií.
El objetivo del ataque, según esta teoría sería sembrar la duda entre los habitantes de la región sobre la fuerza real de Hizbulá en el terreno y quebrantar la confianza de los habitantes en el grupo.
Por su parte, el ministro de Defensa, Elias Murr, ha declarado que «la sombra de Al Qaeda planea sobre el atentado».