El ex enviado especial de la Casa Blanca a Oriente Medio Dennis Ross cree que existe el «riesgo» de que se desate una guerra entre Israel y Siria este verano y acusa a la actual Administración de EEUU de actuar con tibieza ante Damasco.
«Aunque nadie ha tomado la decisión» de ir a la guerra, Siria «se está posicionando» para ella, asegura el diplomático estadounidense en la edición de hoy del diario israelí «Yediot Aharonot».
El que fuera enviado a la zona del ex presidente estadounidense Bill Clinton acusa al actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, de ser «duro en la retórica y blando en la práctica» con el régimen de Bachar Al Asad.
«Hemos llegado al peor de los escenarios. Siria no ve qué tiene que perder si no cambia su comportamiento ni lo que ganaría cambiándolo», explica el director del Instituto de Planificación del Pueblo Judío, centro vinculado a la Agencia Judía, la organización trasnacional que canaliza las relaciones entre las comunidades judías en la diáspora y el Estado de Israel.
Para Ross, quien ha pasado dos décadas de su vida mediando entre israelíes y palestinos, Damasco «debe pagar un precio» por haber «armado hasta los dientes» a la milicia libanesa Hizbulá, mientras que Estados Unidos y Europa tendrían que presionar la economía siria y utilizar la política «del palo y la zanahoria».
Respecto a la toma de Gaza por Hamás el pasado día 14, Ross se muestra pesimista.
«No comparto el punto de vista» del primer ministro israelí, Ehud Olmert, «de que tenemos una nueva oportunidad» para la paz, sino que «debería haber un nuevo sentido de urgencia», dice.
Advierte de que si el movimiento Al Fatah, del presidente palestino, Mahmud Abás, no «acaba con su imagen y realidad de corrupción» y «muestra que puede ofrecer una vida mejor a los palestinos» perderá también las próximas elecciones en Cisjordania.
Y agrega que si Hamás «toma el mando» en el conflicto entre palestinos e israelíes éste «se convertirá en un conflicto religioso».