El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha instado a Siria e Irán a respetar el embargo de armas impuesto en Líbano, y urgió al gobierno de Damasco a que ejerza un mayor control sobre su frontera.
En un informe al Consejo de Seguridad, Ban también llamó al gobierno sirio a colaborar en el desarme de las milicias palestinas que operan dentro de los campos de refugiados.
Israel y Líbano han denunciado en los últimos meses un incremento del flujo de armas desde Siria hacia facciones palestinas que combaten al ejército libanés, así como hacia las milicias de Hizbulá, que el año pasado se enfrentaron en una guerra abierta con el ejército israelí.
Ban dijo haber recibido informaciones «inquietantes» del ejército libanés en referencia al cruce el 6 de junio por la frontera con Siria de cuatro camiones cargados de armas, a los que se les vio entrar en un reducto del Frente Popular para la Liberación de Palestina-Mando General (FPLP-MG).
«Este tipo de informaciones constituyen un obstáculo al establecimiento de un alto el fuego permanente y una solución a largo plazo», señaló.
Damasco ha negado sistemáticamente las denuncias libanesas e israelíes de que permite el tráfico de armas, así como la acusación de que su respaldo tácito permite el rearme de las milicias palestinas como el FPLP-MG y Fatah el-Islam.
Asimismo, el secretario general también se mostró preocupado por las informaciones de que Hizbulá se halla construyendo nuevas instalaciones en el valle de la Beká, que incluyen centros de entrenamientos y plataforma de lanzamiento de cohetes.
«Siria, otros estados de la región y la República Islámica de Irán tienen una responsabilidad particular en asegurarse que se respetan totalmente las cláusulas del embargo de armas», agregó.
En otra sección del informe, Ban criticó las numerosas violaciones del espacio aéreo libanés por parte de la aviación israelí, y advirtió de varios incidentes en los que patrullas de soldados libaneses y hebreos se han apuntado mutuamente.
Además reiteró su llamamiento al ejército israelí para que entregue un mapa en que se detalle dónde disparó proyectiles de racimo en la guerra del año pasado, que se calcula contaminaron 36 millones de metros cuadrados con potenciales municiones sin explotar.